historia de los animales

domingo, 14 de septiembre de 2008



ANIMALES VERTEBRADOS




REPRODUCCIÓN DE LOS PECES
Los órganos reproductores de los peces son como un saco de cuya pared interior nacen los huevos o el esperma (lecha). En los individuos que todavía no han llegado a la madurez, las gónadas son muy pequeñas y aparecen vacías, pero tan pronto como se inicia la maduración se llenan de células germinales. La emisión de los productos sexuales tiene lugar a través de un corto canal que desemboca inmediatamente detrás del ano.
Al acercarse el momento de la madurez sexual los peces buscan un lugar adecuado para efectuar la puesta.
Para realizar esta puesta son necesarias unas condiciones particulares para cada especie, algunas son tan exigentes en cuanto a la temperatura del agua se refiere que sólo frezan dentro de límites muy estrechos. El bacalao freza tan sólo en aguas cuya temperatura oscile entre 4º y 6º C, la caballa requiere temperaturas de alrededor de los 12º C.
Por lo común, los óvulos y el esperma caen libremente en el agua mientras los progenitores se mantienen uno junto a otro, a veces vientre contra vientre, como es el caso del bacalao o los rubios.
Ciertos peces, no obstante, poseen órganos copuladores, en cuyo caso los óvulos son fecundados dentro del cuerpo de la hembra (tiburones y rayas). El color de los huevos es variado, transparentes, verdosos, rojizos, ocres, etc.
Son muchos los huevos de peces cuyo peso específico es inferior al del agua, por lo que suben lentamente a la superficie; otros por el contrario caen al fondo o se fijan a la vegetación por medio de filamentos adhesivos.
Debido a la tremenda mortalidad de huevos y alevines, el número debe ser extremadamente elevado, el pez luna pone sobre 300 millones de huevos.
Otra categoría de puesta es la de peces que ponen cerca de la costa y cuidan de su prole: el ciclópeo permanece vigilante junto a su montón de huevos, protegiéndolo contra sus enemigos; los góbidos esconden su puesta bajo las conchas vacías; el espinoso construye verdaderos nidos. Así, estando los huevos a cubierto de la acción de sus enemigos, su número puede ser menor y limitarse a algunos centenares. Los tiburones vivíparos paren tan sólo de 4 a 20 pequeños bastante desarrollados. La mayor parte de los peces frezan cada año a partir del momento en que alcanzaron la madurez sexual, pero algunos mueren después de la primera freza o, a veces, tras la segunda. A todos los peces el período de reproducción les exige un gasto considerable de energía vital, de forma que, una vez terminada la puesta, están flacos, agotados y famélicos. Son muchos los peces que durante el período de reproducción no se alimentan o comen muy poco.


LOS PECES

INTRODUCCIÓN
Entre los animales vertebrados, los peces constituyen una subclase muy bien caracterizada por su perfecta adaptación a la vida acuática, no tienen necesidad de respirar aire atmosférico y, si se les extrae de su medio ambiente, mueren.
Tienen un aspecto fusiforme, alargado, con tendencia a ser planos. La cabeza presenta generalmente una terminación aguda en cuya parte más delantera está el llamado rostro; lateralmente están las aberturas nasales. Los ojos son redondos, planos grandes y carecen de párpados; los órganos auditivos no son visibles al exterior. La boca suele estar en el extremo anterior de la cabeza o debajo cuando existe un hocico bien formado. Los dientes están generalmente insertados en las mandíbulas, pero pueden también estar en la lengua o en la faringe, suelen ser cónicos, alargados y agudos.
En general, los peces llevan aletas, repliegues de la piel que se destacan del cuerpo como si fueran láminas sostenidas por unas varillas flexibles o rígidas, en número variable y que se denominan radios. Son los órganos más característicos de los peces y tienen una función propulsora o estabilizadora. Las aletas son de dos clases: impares y pares. Las aletas impares están en el plano medio del cuerpo, en 3 regiones: dorsal, caudal y anal, la aleta caudal es el principal órgano para generar el empuje por el que se mueve los peces; las aletas pares (pectorales y pelvianas) son similares pero su base es muy estrecha y se corresponde a las extremidades de los otros vertebrados, las aletas pectorales, suelen estar situadas en el costado, detrás de los opérculos que cubren las branquias, y las pélvicas, que se encuentran en la zona abdominal, entre la cabeza y la abertura anal. Las aletas pueden estar muy modificadas o ausentes, según el modo de vida.
Se clasifican en:
Agnatha: los peces sin mandíbulas pertenecen a la clase Agnatha, la cual comprende los ostracodermos, extintos, y las lampreas y las lampreas glutinosas, vivientes. Los ostracodermos, que son los cordados fósiles más primitivos que se conocen, han sido descubiertas en rocas de los períodos ordovícico, Silúrico y Devónico. Esos peces agnatos eran pequeños organismos filtradores, habitantes de los fondos y dotados de una coraza. Su cabeza estaba recubierta por gruesas placas óseas, mientras que l tronco y la cola estaban forrados por escamas gruesas. Los ostracodermos tenían aletas medias, y algunas especias tenían aletas pectorales pares. Los parientes vivos de los ostracodermos son las lampreas y lampreas glutinosas.
Cartilaginosos: el cuerpo tiene dos grupos de aletas pares. La boca presenta mandíbulas y casi siempre está en la parte ventral de la cabeza. Los ojos son laterales. La piel suele estar recubierta por dentículos dérmicos. Ponen pocos huevos, grandes, aunque hay excepciones vivíparas. Son animales carnívoras.
Óseos: difieren de los peces cartilaginosos por tener el esqueleto parcial o totalmente osificado. La forma del cuerpo es más o menos comprimida, sobre todo hacia la cola. Solamente poseen una abertura branquial a cada lado de la cabeza. Están siempre cubiertos de escamas, que en ocasiones se transforman en placas o púas, en raras ocasiones, la piel es desnuda. La diferencia de sexo no es muy acusada, hay casos de hermafroditismo.




Lampreas: Clase Cefalaspidomorfos
Las lampreas son animales que tienen el cuerpo cilíndrico de hasta un metro de longitud, sostenidos por esqueletos cartilaginosos.
Las lampreas adultas viven en el mar o lagos y nadan río arriba para reproducirse. Al llegar al sitio de desove, los machos comienzan la construcción del nido, y son ayudados posteriormente por las hembras. Utilizando sus discos orales para transportar piedras y guijarros, así como poderosas contracciones del cuerpo para apartar desperdicios, forman una depresión oval (Figura 28-5). En el momento del desove, con la hembra sujeta a una roca para mantenerse en posición sobre el nido, el macho se adhiere a la cabeza de la hembra dorsalmente. A medida que los huevos son depositados en el nido, van siendo fecundados por el macho. Los pegajosos huevos están adheridos a los guijarros en el nido, y rápidamente quedan cubiertos por arena. Los adultos mueren poco después de la puesta.
Los huevos eclosionan dos semanas más tarde, saliendo una pequeña larva (ammocete), la cual presenta una gran semejanza con el anfioxo. Después de reabsorber los restos de vitelo nutritivo, el joven ammocete, de unos 7 mm de longitud, abandona el nido y se deja llevar por una corriente abajo para instalarse en una zona arenosa apropiada de aguas lentas. Aquí permanece un tiempo extraordinariamente largo, de tres a siete años, y entonces, con rapidez se transforma en adulto. Este cambio comprende el desarrollo de grandes ojos, sustitución del capuchón oral por el disco con dientes, desplazamiento de los orificios nasales al dorso de la cabeza y desarrollo de un cuerpo cilíndrico pero más corto.
Las lampreas parásitas, se adhieren a los peces por su bocas a modo de ventosa, y, con sus afilados dientes córneos, rasgan la carne y chupan la sangre (Figura 28-6). Para aumentar el flujo de sangre, las lampreas inyectan un anticoagulante. Cuando la lamprea se ha saciado, suelta su presa, pero deja al pez con una gran herida que puede llegar a ser mortal. Los parásitos adultos de agua dulce viven un año o más antes del desove, después mueren.
Las lampreas no parásitas, no se alimentan después de pasar a adultos: su tubo digestivo degenera como un cordón de tejido no funcional. Al cabo de pocos meses se reproducen y mueren.
Características de la clase Cefalaspidomorfos
Cuerpo delgado, aguiliforme, de sección redondeada y con la piel desnuda.
Una o dos aletas impares (medianas) sin apéndices pares.
Esqueleto fibroso y cartilaginoso; notocorda persistente.
Disco oral en forma de ventosa, provisto al igual que la lengua, de dientes bien desarrollados.
Corazón con un atrio y ventrículo; arcos aórticos en la región branquial.
Siete pares de branquias, con sus aberturas externas correspondientes.
Riñón mesonéfrico; fluidos corporales regulados osmótica e iónicamente.
Cordón nervioso dorsal con cerebro desarrollado y un pequeño cerebelo; 10 pares de nervios craneales; raíces dorsal y ventral de los nervios separadas.
Sistema digestivo sin estómago; intestino con pliegues espirales y cilios.
Órgano de los sentidos del gusto, olfato y oído. Ojos bien desarrollados en el adulto, dos pares de canales semicirculares.
Sexos separados; gónada simple sin conducto; fecundación externa; etapa larvaria (ammocete) muy larga.







Peces cartilaginosos: clase Condrictios
Hay unas 800 especies vivientes en esta clase, que es un grupo antiguo, homogéneo y bien desarrollado. Son un grupo menos numeroso y desarrollado que los peces óseos pero debido a la impresionante combinación de unos órganos sensoriales bien desarrollados: potentes mandíbulas, musculatura natatoria y hábitos depredadores, les aseguran una posición ecológica firme en la vida acuática. Una de sus características distintivas es su esqueleto cartilaginoso. Con la excepción de las ballenas, los tiburones son los mayores vertebrados vivientes (el tiburón más grande puede llegar a alcanzar los 15 m de longitud).
Características de la clase Condrictios
Cuerpo fusiforme, con aleta caudal heterocerca (dibujo); aletas pectorales y pelvianas pares; dos aletas dorsales; aletas pelvianas modificadas en el macho como "órgano de la cópula", aletas con radios.
Boca ventral; dos sacos olfatorios que no abren en la cavidad bucal; tienen mandíbulas.
Piel con escama placoideas (son pequeñas estructuras cónicas semejantes a dientes) y glándulas mucosas; piel desnuda en quimeras, escamas placoideas modificadas que funcionan como dientes en elasmobranquios, y dientes modificados como placas trituradoras en quimeras.
Endoesqueleto cartilaginoso; notocorda persistente, vértebras completas y separadas en elasmobranquios, sin vértebras en las quimeras; hay un esqueleto apendicular con cintura y un esqueleto visceral.
Sistema digestivo con estómago en forma de J, e intestino con válvula espiral; hígado, vesícula biliar y páncreas.
Sistema circulatorio con varios pares de arcos aórticos; aorta dorsal y ventral; sistema capilar y venoso, sistema porta- renal y porta- hepático, corazón bicameral.
Respiración por medio de cinco a siete pares de branquias, con hendiduras branquiales, independientes y abiertas al exterior; no presentan opérculo.
No presentan vejiga natatoria ni pulmonares.
Riñón mesonéfrico y glándula rectal; sangre isosmótica; altas concentraciones de urea y óxido de trimetilamina en la sangre.
Cerebro con dos lóbulos olfativos, dos hemisferios cerebrales, dos lóbulos ópticos, un cerebelo y una médula oblonga; 10 pares de nervios craneales; tres pares de canales semicirculares.
Sentidos del olfato, recepción de vibraciones (sistema de la línea lateral) y electrorrecepción, bien desarrollados; visión moderadamente eficaz.
Sexos separados; gónadas pares; los conductos de las gónadas abren en la cloaca; ovíparos, ovovivíparos o vivíparos; desarrollo directo; fecundación interna.
Subclase Elasmobranquios: tiburones, rayas y torpedos.
Los elasmobranquios son carnívoros que localizan su presa mediante su sistema de la línea lateral y grandes órganos olfativos. Su vista no está muy bien desarrollada.
La fecundación es interna, muchos tiburones han desarrollado modos de reproducción complejos, algunos son vivíparos, con períodos de gestación de hasta dos años (el más largo entre los vertebrados).







FORMA Y FUNCIÓN
El cuerpo de un tiburón es fusiforme, por delante de la boca ventral, presenta un rostro afilado, el extremo posterior de la columna vertebral se eleva para formar la cola heterocerca.
El juego de aletas consta de dos pares, pectorales y pelvianas, sostenidas por los esqueletos apendiculares; dos aletas impares dorsales, y una aleta par caudal.
Los peces cartilaginosos tienen de cinco a siete pares de branquias. Una corriente de agua entra en la boca y pasa por encima de las branquias antes de salir a través de las hendiduras branquiales, de manera que el pez dispone siempre de oxígeno disuelto. Sin embargo, puesto que el tiburón no dispone de ningún mecanismo para impulsar el agua a través de las branquias, depende de su movimiento de avance para realizar el intercambio gaseoso. Hay algunas especies de tiburones que se ahogan cuando dejan de moverse.
Los orificios nasales, pares (bolsas ciegas), son ventrales y anteriores respecto a la boca. Los ojos, laterales, carecen de párpados y detrás de cada ojo, hay un espiráculo (resto de la primera hendidura branquial). Por delante de cada aleta pectoral presenta cinco hendiduras branquiales.
Las escamas placoideas que cubren el tugumento, están dispuestas para reducir las turbulencias del flujo del agua sobre la superficie corporal durante la natación.
Su vista es menos aguda que la mayor parte de los peces óseos, pero esto se ve equilibrado por su afinado sentido del olfato que utilizan para guiarse al alimento. El sistema de la línea lateral, bien desarrollado, sirve como un "detector de distancia" en el agua.
Los tiburones pueden detectar y dirigir su ataque a presas localizadas en la arena, mediante la recepción de campos eléctricos que hay en torno a todos los animales. Los receptores, las ampollas de Lorenzini, están localizados en la cabeza del tiburón.
El tiburón tiene en la cabeza electrorreceptores; dichos órganos se localizan dentro de pequeñas cámaras que se comunican, por medio de conductos sensoriales, con los poros de la superficie de la cabeza. Mediante el uso de esos receptores, el tiburón es capaz de detectar los potenciales eléctricos generados por animales mucho antes de poder captarlos por el olor o por la vista.
El esqueleto cartilaginoso está compuesto por un condrocráneo, que alberga al cerebro y órganos auditivos, y rodea a los ojos y órganos olfativos.
Las mandíbulas están suspendidas del condrocráneo mediante ligamentos y cartilagos. Ambas mandíbulas, superior e inferior, están provistas de muchos dientes triangulares afilados, que cuando se le pierden son reemplazados por otra fila de dientes.
La cavidad bucal se abre en una amplia faringe, que contiene las hendiduras branquiales, un ancho y corto esófago y un estómago, en forma de J. El hígado y el páncreas se abren en el corto y recto intestino, que contiene la válvula espiral impar, que retarda el paso del alimento y aumenta la superficie absorbente. La glándula rectal, unida al recto, segrega un fluido incoloro que contiene una alta concentración de cloruro sódico, este fluido ayuda al riñón mesonéfrico en la concentración de sal en la sangre.
Los peces cartilaginosos tienden a hundirse a menos que estén en movimiento continuo, ya que su cuerpo es más denso que el agua. Las grandes aletas pectorales de los tiburones les proporciona una fuerza de sustentación conforme se mueven hacia delante; la acción ondulante de la cola les proporciona una fuerza adicional de ascenso.
Todos tienen fecundación interna. En el macho maduro, cada aleta pélvica tiene una sección hueca, delgada, a la que se denomina gancho, la cual sirve para abrir la abertura anal de la hembra e introducir los espermatozoides en la cloaca de ésta. Los huevos son fecundados en la parte más alta de los oviductos de la hembra. Una parte del oviducto está modificada para construir una glándula del cascarón, que secreta una cubierta protectora alrededor del huevo. pero la dependencia del embrión con la madre es variable. Muchos elasmobranquios ponen grandes huevos, cargados de vitelo, después de la fecundación (ovíparos); pero algunos tiburones y rayas ovíparos, depositan sus huevos en una cápsula córnea, llamada "monedero de sirena", provista de zarcillos que se enrollan sobre el primer objeto firme que tocan. El embrión se nutre de vitelo (de 6 a 8 meses) antes de nacer como una réplica igual al adulto. Muchos tiburones retienen a los embriones en el tracto genital de la madre durante mucho tiempo. Algunos son ovovíviparos, que retienen al embrión en desarrollo en el oviducto mientras se nutre de su saco vitelino hasta que nace. Incluso hay otras especies auténticamente vivípara, en las que se desarrolla una placenta a través de la cual el embrión recibe nutrientes de la corriente sanguínea materna.
Más de la mitad de los elasmobranquios son rayas, grupo que incluye, los torpedos, los peces sierra, las pestinacas, las aguilas marinas y las mantas. Están especializadas en habitar los fondos, con aletas pectorales muy ensanchadas, que utilizan como alas en la natación. Las aberturas branquiales están situadas debajo de la cabeza, pero los espiráculos son dorsales.
El agua para la respiración es tomada a través de éstos para prevenir la obstrucción de las branquias, porque la boca está medio enterrada en la arena. Sus dientes están adaptados para triturar presas: moluscos, crustáceos, e incluso peces pequeños.
En la pastinaca, la cola está adelgazada y en forma de látigo, va armada con una o más espinas terminadas en sierra y conectadas por la base a glándulas venenosas. Pueden producir heridas peligrosas que cicatrizan lentamente.
Las rayas eléctricas (torpedo) son peces activos con órganos eléctricos a cada lado de la cabeza. Cada órgano está compuesto por numerosas células discoidales conectadas en paralelo, de forma que cuando todas las células se descargan a la vez, se produce una corriente eléctrica que fluye por el agua. El voltaje es bajo, pero la potencia de salida es suficiente como para aturdir a una presa.



Peces óseos: clase osteictios
Los primeros peces óseos tenían un opérculo sobre las hendiduras branquiales, formado por placas óseas unidas al primer arco branquial. Estos primeros peces tenían también un par de pulmones, que servían como estructuras respiratorias accesorias. Presentaban dos juegos de aletas pares situadas ventralmente: aletas pectorales anteriores y aletas pelvianas posteriores.
Características de los Osteictios
Esqueleto más o menos óseo, que representa el esqueleto primitivo; vértebras numerosas; notocorda que puede persistir en parte; aleta caudal generalmente homocerca.
Tegumento con glándulas mucosas y con escamas dérmicas en el interior de tres tipos: ganoideas, cicloideas o ctenoideas; alguno sin escamas; no presentan escamas placoideas.
Aletas pares e impares con radios de cartílago o hueso.
Boca terminal con muchos dientes (algunos sin dientes); con mandíbula; sacos olfativos pares que pueden abrirse o no en la boca.
Respiración por branquias soportadas por arcos branquiales óseos y cubiertas por un opérculo común.
A menudo con vejiga natatoria, con o sin conducto conectado a la faringe.
Circulación que consta de un corazón bicameral, sistema arterial o venoso y, generalmente, cuatro pares de arcos aórticos; la sangre contiene eritrocitos.
Sistema nervioso cuyo encéfalo comprende pequeños lóbulos olfatorios y cerebro; grandes lóbulos ópticos y cerebelo; 10 pares de nervios craneales; 3 pares de canales semicirculares.
Sexos separados (en algunos, inversión sexual), gónadas pares; fecundación generalmente externa; formas larvarias que pueden diferir mucho de los adultos.
Los peces con alguna adaptación para respirar aire, como sería la presencia de pulmones, tuvieron una ventaja significativa respecto de otros peces.
Los peces óseos se caracterizan por la presencia de un esqueleto óseo cuya estructura central consta de muchas vértebras. También persisten algunos fragmentos de la notocorda en ciertos casos. El cuerpo está recubierto por escamas dérmicas óseas superpuestas. Casi todas las especies tienen las aletas mediales y pares, que presentan radios de cartílago o hueso. Una cubierta protectora lateral derivada de la pared del cuerpo, el opérculo, se extiende hacia atrás a partir de la cabeza del animal y cubre las branquias. Suelen tener fecundación externa y son ovíparos, ponen impresionantes de huevos.
Las vibraciones del sonido son transmitidas a través de los huesos hasta el cráneo y un oído interno que contiene tres canales semicirculares, el cual actúa también como órgano del equilibrio. Los peces también tienen órganos sensoriales especiales llamados líneas laterales; consisten los canales que recorren los costados de la cabeza y el cuerpo y están comunicados con el exterior por medio de pequeños poros. La principal función de la línea lateral es detectar vibraciones de una frecuencia muy baja, pero en algunas. Las vibraciones penetran en el canal por medio de los poros y sacuden diminutas masas de gelatina que estimulan la punta de los nervios.
Los principales músculos del cuerpo de los peces están dispuestos a lo largo de los costados del tronco y la cola. La masa muscular de mayor tamaño recorre el dorso a cada lado de la espina dorsal y la masa de menor tamaño se encuentra debajo de la primera. Cada masa muscular está compuesta por una serie de segmentos (miómeros) entrelazados. En la natación ordinaria, la contracción sucesiva y alternante de los segmentos musculares de cada lado (de adelante hacia atrás) da a la aleta caudal un movimiento ondulante lateral. Unos músculos pequeños controlan los movimientos de la boca, las branquias, las aletas y los ojos.
LOS PECES

INTRODUCCIÓN
Entre los animales vertebrados, los peces constituyen una subclase muy bien caracterizada por su perfecta adaptación a la vida acuática, no tienen necesidad de respirar aire atmosférico y, si se les extrae de su medio ambiente, mueren.
Tienen un aspecto fusiforme, alargado, con tendencia a ser planos. La cabeza presenta generalmente una terminación aguda en cuya parte más delantera está el llamado rostro; lateralmente están las aberturas nasales. Los ojos son redondos, planos grandes y carecen de párpados; los órganos auditivos no son visibles al exterior. La boca suele estar en el extremo anterior de la cabeza o debajo cuando existe un hocico bien formado. Los dientes están generalmente insertados en las mandíbulas, pero pueden también estar en la lengua o en la faringe, suelen ser cónicos, alargados y agudos.
En general, los peces llevan aletas, repliegues de la piel que se destacan del cuerpo como si fueran láminas sostenidas por unas varillas flexibles o rígidas, en número variable y que se denominan radios. Son los órganos más característicos de los peces y tienen una función propulsora o estabilizadora. Las aletas son de dos clases: impares y pares. Las aletas impares están en el plano medio del cuerpo, en 3 regiones: dorsal, caudal y anal, la aleta caudal es el principal órgano para generar el empuje por el que se mueve los peces; las aletas pares (pectorales y pelvianas) son similares pero su base es muy estrecha y se corresponde a las extremidades de los otros vertebrados, las aletas pectorales, suelen estar situadas en el costado, detrás de los opérculos que cubren las branquias, y las pélvicas, que se encuentran en la zona abdominal, entre la cabeza y la abertura anal. Las aletas pueden estar muy modificadas o ausentes, según el modo de vida.
Se clasifican en:
Agnatha: los peces sin mandíbulas pertenecen a la clase Agnatha, la cual comprende los ostracodermos, extintos, y las lampreas y las lampreas glutinosas, vivientes. Los ostracodermos, que son los cordados fósiles más primitivos que se conocen, han sido descubiertas en rocas de los períodos ordovícico, Silúrico y Devónico. Esos peces agnatos eran pequeños organismos filtradores, habitantes de los fondos y dotados de una coraza. Su cabeza estaba recubierta por gruesas placas óseas, mientras que l tronco y la cola estaban forrados por escamas gruesas. Los ostracodermos tenían aletas medias, y algunas especias tenían aletas pectorales pares. Los parientes vivos de los ostracodermos son las lampreas y lampreas glutinosas.
Cartilaginosos: el cuerpo tiene dos grupos de aletas pares. La boca presenta mandíbulas y casi siempre está en la parte ventral de la cabeza. Los ojos son laterales. La piel suele estar recubierta por dentículos dérmicos. Ponen pocos huevos, grandes, aunque hay excepciones vivíparas. Son animales carnívoras.
Óseos: difieren de los peces cartilaginosos por tener el esqueleto parcial o totalmente osificado. La forma del cuerpo es más o menos comprimida, sobre todo hacia la cola. Solamente poseen una abertura branquial a cada lado de la cabeza. Están siempre cubiertos de escamas, que en ocasiones se transforman en placas o púas, en raras ocasiones, la piel es desnuda. La diferencia de sexo no es muy acusada, hay casos de hermafroditismo.




Lampreas: Clase Cefalaspidomorfos
Las lampreas son animales que tienen el cuerpo cilíndrico de hasta un metro de longitud, sostenidos por esqueletos cartilaginosos.
Las lampreas adultas viven en el mar o lagos y nadan río arriba para reproducirse. Al llegar al sitio de desove, los machos comienzan la construcción del nido, y son ayudados posteriormente por las hembras. Utilizando sus discos orales para transportar piedras y guijarros, así como poderosas contracciones del cuerpo para apartar desperdicios, forman una depresión oval (Figura 28-5). En el momento del desove, con la hembra sujeta a una roca para mantenerse en posición sobre el nido, el macho se adhiere a la cabeza de la hembra dorsalmente. A medida que los huevos son depositados en el nido, van siendo fecundados por el macho. Los pegajosos huevos están adheridos a los guijarros en el nido, y rápidamente quedan cubiertos por arena. Los adultos mueren poco después de la puesta.
Los huevos eclosionan dos semanas más tarde, saliendo una pequeña larva (ammocete), la cual presenta una gran semejanza con el anfioxo. Después de reabsorber los restos de vitelo nutritivo, el joven ammocete, de unos 7 mm de longitud, abandona el nido y se deja llevar por una corriente abajo para instalarse en una zona arenosa apropiada de aguas lentas. Aquí permanece un tiempo extraordinariamente largo, de tres a siete años, y entonces, con rapidez se transforma en adulto. Este cambio comprende el desarrollo de grandes ojos, sustitución del capuchón oral por el disco con dientes, desplazamiento de los orificios nasales al dorso de la cabeza y desarrollo de un cuerpo cilíndrico pero más corto.
Las lampreas parásitas, se adhieren a los peces por su bocas a modo de ventosa, y, con sus afilados dientes córneos, rasgan la carne y chupan la sangre (Figura 28-6). Para aumentar el flujo de sangre, las lampreas inyectan un anticoagulante. Cuando la lamprea se ha saciado, suelta su presa, pero deja al pez con una gran herida que puede llegar a ser mortal. Los parásitos adultos de agua dulce viven un año o más antes del desove, después mueren.
Las lampreas no parásitas, no se alimentan después de pasar a adultos: su tubo digestivo degenera como un cordón de tejido no funcional. Al cabo de pocos meses se reproducen y mueren.
Características de la clase Cefalaspidomorfos
Cuerpo delgado, aguiliforme, de sección redondeada y con la piel desnuda.
Una o dos aletas impares (medianas) sin apéndices pares.
Esqueleto fibroso y cartilaginoso; notocorda persistente.
Disco oral en forma de ventosa, provisto al igual que la lengua, de dientes bien desarrollados.
Corazón con un atrio y ventrículo; arcos aórticos en la región branquial.
Siete pares de branquias, con sus aberturas externas correspondientes.
Riñón mesonéfrico; fluidos corporales regulados osmótica e iónicamente.
Cordón nervioso dorsal con cerebro desarrollado y un pequeño cerebelo; 10 pares de nervios craneales; raíces dorsal y ventral de los nervios separadas.
Sistema digestivo sin estómago; intestino con pliegues espirales y cilios.
Órgano de los sentidos del gusto, olfato y oído. Ojos bien desarrollados en el adulto, dos pares de canales semicirculares.
Sexos separados; gónada simple sin conducto; fecundación externa; etapa larvaria (ammocete) muy larga.







Peces cartilaginosos: clase Condrictios
Hay unas 800 especies vivientes en esta clase, que es un grupo antiguo, homogéneo y bien desarrollado. Son un grupo menos numeroso y desarrollado que los peces óseos pero debido a la impresionante combinación de unos órganos sensoriales bien desarrollados: potentes mandíbulas, musculatura natatoria y hábitos depredadores, les aseguran una posición ecológica firme en la vida acuática. Una de sus características distintivas es su esqueleto cartilaginoso. Con la excepción de las ballenas, los tiburones son los mayores vertebrados vivientes (el tiburón más grande puede llegar a alcanzar los 15 m de longitud).
Características de la clase Condrictios
Cuerpo fusiforme, con aleta caudal heterocerca (dibujo); aletas pectorales y pelvianas pares; dos aletas dorsales; aletas pelvianas modificadas en el macho como "órgano de la cópula", aletas con radios.
Boca ventral; dos sacos olfatorios que no abren en la cavidad bucal; tienen mandíbulas.
Piel con escama placoideas (son pequeñas estructuras cónicas semejantes a dientes) y glándulas mucosas; piel desnuda en quimeras, escamas placoideas modificadas que funcionan como dientes en elasmobranquios, y dientes modificados como placas trituradoras en quimeras.
Endoesqueleto cartilaginoso; notocorda persistente, vértebras completas y separadas en elasmobranquios, sin vértebras en las quimeras; hay un esqueleto apendicular con cintura y un esqueleto visceral.
Sistema digestivo con estómago en forma de J, e intestino con válvula espiral; hígado, vesícula biliar y páncreas.
Sistema circulatorio con varios pares de arcos aórticos; aorta dorsal y ventral; sistema capilar y venoso, sistema porta- renal y porta- hepático, corazón bicameral.
Respiración por medio de cinco a siete pares de branquias, con hendiduras branquiales, independientes y abiertas al exterior; no presentan opérculo.
No presentan vejiga natatoria ni pulmonares.
Riñón mesonéfrico y glándula rectal; sangre isosmótica; altas concentraciones de urea y óxido de trimetilamina en la sangre.
Cerebro con dos lóbulos olfativos, dos hemisferios cerebrales, dos lóbulos ópticos, un cerebelo y una médula oblonga; 10 pares de nervios craneales; tres pares de canales semicirculares.
Sentidos del olfato, recepción de vibraciones (sistema de la línea lateral) y electrorrecepción, bien desarrollados; visión moderadamente eficaz.
Sexos separados; gónadas pares; los conductos de las gónadas abren en la cloaca; ovíparos, ovovivíparos o vivíparos; desarrollo directo; fecundación interna.
Subclase Elasmobranquios: tiburones, rayas y torpedos.
Los elasmobranquios son carnívoros que localizan su presa mediante su sistema de la línea lateral y grandes órganos olfativos. Su vista no está muy bien desarrollada.
La fecundación es interna, muchos tiburones han desarrollado modos de reproducción complejos, algunos son vivíparos, con períodos de gestación de hasta dos años (el más largo entre los vertebrados).







FORMA Y FUNCIÓN
El cuerpo de un tiburón es fusiforme, por delante de la boca ventral, presenta un rostro afilado, el extremo posterior de la columna vertebral se eleva para formar la cola heterocerca.
El juego de aletas consta de dos pares, pectorales y pelvianas, sostenidas por los esqueletos apendiculares; dos aletas impares dorsales, y una aleta par caudal.
Los peces cartilaginosos tienen de cinco a siete pares de branquias. Una corriente de agua entra en la boca y pasa por encima de las branquias antes de salir a través de las hendiduras branquiales, de manera que el pez dispone siempre de oxígeno disuelto. Sin embargo, puesto que el tiburón no dispone de ningún mecanismo para impulsar el agua a través de las branquias, depende de su movimiento de avance para realizar el intercambio gaseoso. Hay algunas especies de tiburones que se ahogan cuando dejan de moverse.
Los orificios nasales, pares (bolsas ciegas), son ventrales y anteriores respecto a la boca. Los ojos, laterales, carecen de párpados y detrás de cada ojo, hay un espiráculo (resto de la primera hendidura branquial). Por delante de cada aleta pectoral presenta cinco hendiduras branquiales.
Las escamas placoideas que cubren el tugumento, están dispuestas para reducir las turbulencias del flujo del agua sobre la superficie corporal durante la natación.
Su vista es menos aguda que la mayor parte de los peces óseos, pero esto se ve equilibrado por su afinado sentido del olfato que utilizan para guiarse al alimento. El sistema de la línea lateral, bien desarrollado, sirve como un "detector de distancia" en el agua.
Los tiburones pueden detectar y dirigir su ataque a presas localizadas en la arena, mediante la recepción de campos eléctricos que hay en torno a todos los animales. Los receptores, las ampollas de Lorenzini, están localizados en la cabeza del tiburón.
El tiburón tiene en la cabeza electrorreceptores; dichos órganos se localizan dentro de pequeñas cámaras que se comunican, por medio de conductos sensoriales, con los poros de la superficie de la cabeza. Mediante el uso de esos receptores, el tiburón es capaz de detectar los potenciales eléctricos generados por animales mucho antes de poder captarlos por el olor o por la vista.
El esqueleto cartilaginoso está compuesto por un condrocráneo, que alberga al cerebro y órganos auditivos, y rodea a los ojos y órganos olfativos.
Las mandíbulas están suspendidas del condrocráneo mediante ligamentos y cartilagos. Ambas mandíbulas, superior e inferior, están provistas de muchos dientes triangulares afilados, que cuando se le pierden son reemplazados por otra fila de dientes.
La cavidad bucal se abre en una amplia faringe, que contiene las hendiduras branquiales, un ancho y corto esófago y un estómago, en forma de J. El hígado y el páncreas se abren en el corto y recto intestino, que contiene la válvula espiral impar, que retarda el paso del alimento y aumenta la superficie absorbente. La glándula rectal, unida al recto, segrega un fluido incoloro que contiene una alta concentración de cloruro sódico, este fluido ayuda al riñón mesonéfrico en la concentración de sal en la sangre.
Los peces cartilaginosos tienden a hundirse a menos que estén en movimiento continuo, ya que su cuerpo es más denso que el agua. Las grandes aletas pectorales de los tiburones les proporciona una fuerza de sustentación conforme se mueven hacia delante; la acción ondulante de la cola les proporciona una fuerza adicional de ascenso.
Todos tienen fecundación interna. En el macho maduro, cada aleta pélvica tiene una sección hueca, delgada, a la que se denomina gancho, la cual sirve para abrir la abertura anal de la hembra e introducir los espermatozoides en la cloaca de ésta. Los huevos son fecundados en la parte más alta de los oviductos de la hembra. Una parte del oviducto está modificada para construir una glándula del cascarón, que secreta una cubierta protectora alrededor del huevo. pero la dependencia del embrión con la madre es variable. Muchos elasmobranquios ponen grandes huevos, cargados de vitelo, después de la fecundación (ovíparos); pero algunos tiburones y rayas ovíparos, depositan sus huevos en una cápsula córnea, llamada "monedero de sirena", provista de zarcillos que se enrollan sobre el primer objeto firme que tocan. El embrión se nutre de vitelo (de 6 a 8 meses) antes de nacer como una réplica igual al adulto. Muchos tiburones retienen a los embriones en el tracto genital de la madre durante mucho tiempo. Algunos son ovovíviparos, que retienen al embrión en desarrollo en el oviducto mientras se nutre de su saco vitelino hasta que nace. Incluso hay otras especies auténticamente vivípara, en las que se desarrolla una placenta a través de la cual el embrión recibe nutrientes de la corriente sanguínea materna.
Más de la mitad de los elasmobranquios son rayas, grupo que incluye, los torpedos, los peces sierra, las pestinacas, las aguilas marinas y las mantas. Están especializadas en habitar los fondos, con aletas pectorales muy ensanchadas, que utilizan como alas en la natación. Las aberturas branquiales están situadas debajo de la cabeza, pero los espiráculos son dorsales.
El agua para la respiración es tomada a través de éstos para prevenir la obstrucción de las branquias, porque la boca está medio enterrada en la arena. Sus dientes están adaptados para triturar presas: moluscos, crustáceos, e incluso peces pequeños.
En la pastinaca, la cola está adelgazada y en forma de látigo, va armada con una o más espinas terminadas en sierra y conectadas por la base a glándulas venenosas. Pueden producir heridas peligrosas que cicatrizan lentamente.
Las rayas eléctricas (torpedo) son peces activos con órganos eléctricos a cada lado de la cabeza. Cada órgano está compuesto por numerosas células discoidales conectadas en paralelo, de forma que cuando todas las células se descargan a la vez, se produce una corriente eléctrica que fluye por el agua. El voltaje es bajo, pero la potencia de salida es suficiente como para aturdir a una presa.



Peces óseos: clase osteictios
Los primeros peces óseos tenían un opérculo sobre las hendiduras branquiales, formado por placas óseas unidas al primer arco branquial. Estos primeros peces tenían también un par de pulmones, que servían como estructuras respiratorias accesorias. Presentaban dos juegos de aletas pares situadas ventralmente: aletas pectorales anteriores y aletas pelvianas posteriores.
Características de los Osteictios
Esqueleto más o menos óseo, que representa el esqueleto primitivo; vértebras numerosas; notocorda que puede persistir en parte; aleta caudal generalmente homocerca.
Tegumento con glándulas mucosas y con escamas dérmicas en el interior de tres tipos: ganoideas, cicloideas o ctenoideas; alguno sin escamas; no presentan escamas placoideas.
Aletas pares e impares con radios de cartílago o hueso.
Boca terminal con muchos dientes (algunos sin dientes); con mandíbula; sacos olfativos pares que pueden abrirse o no en la boca.
Respiración por branquias soportadas por arcos branquiales óseos y cubiertas por un opérculo común.
A menudo con vejiga natatoria, con o sin conducto conectado a la faringe.
Circulación que consta de un corazón bicameral, sistema arterial o venoso y, generalmente, cuatro pares de arcos aórticos; la sangre contiene eritrocitos.
Sistema nervioso cuyo encéfalo comprende pequeños lóbulos olfatorios y cerebro; grandes lóbulos ópticos y cerebelo; 10 pares de nervios craneales; 3 pares de canales semicirculares.
Sexos separados (en algunos, inversión sexual), gónadas pares; fecundación generalmente externa; formas larvarias que pueden diferir mucho de los adultos.
Los peces con alguna adaptación para respirar aire, como sería la presencia de pulmones, tuvieron una ventaja significativa respecto de otros peces.
Los peces óseos se caracterizan por la presencia de un esqueleto óseo cuya estructura central consta de muchas vértebras. También persisten algunos fragmentos de la notocorda en ciertos casos. El cuerpo está recubierto por escamas dérmicas óseas superpuestas. Casi todas las especies tienen las aletas mediales y pares, que presentan radios de cartílago o hueso. Una cubierta protectora lateral derivada de la pared del cuerpo, el opérculo, se extiende hacia atrás a partir de la cabeza del animal y cubre las branquias. Suelen tener fecundación externa y son ovíparos, ponen impresionantes de huevos.
Las vibraciones del sonido son transmitidas a través de los huesos hasta el cráneo y un oído interno que contiene tres canales semicirculares, el cual actúa también como órgano del equilibrio. Los peces también tienen órganos sensoriales especiales llamados líneas laterales; consisten los canales que recorren los costados de la cabeza y el cuerpo y están comunicados con el exterior por medio de pequeños poros. La principal función de la línea lateral es detectar vibraciones de una frecuencia muy baja, pero en algunas. Las vibraciones penetran en el canal por medio de los poros y sacuden diminutas masas de gelatina que estimulan la punta de los nervios.
Los principales músculos del cuerpo de los peces están dispuestos a lo largo de los costados del tronco y la cola. La masa muscular de mayor tamaño recorre el dorso a cada lado de la espina dorsal y la masa de menor tamaño se encuentra debajo de la primera. Cada masa muscular está compuesta por una serie de segmentos (miómeros) entrelazados. En la natación ordinaria, la contracción sucesiva y alternante de los segmentos musculares de cada lado (de adelante hacia atrás) da a la aleta caudal un movimiento ondulante lateral. Unos músculos pequeños controlan los movimientos de la boca, las branquias, las aletas y los ojos.

Los Anfibios
Clase Amphibia
Damisela.comEl ZoológicoLos ReptilesLas AvesLos MamíferosHerpetología
Los anfibios fueron los primeros animales vertebrados en adaptarse a una vida semiterrestre. Se estima que surgieron de los peces hace unos 360 millones de años. Con el transcurso del tiempo, de ellos se desarrollaron los reptiles que a la vez dieron lugar a los mamíferos y las aves. Aquellos anfibios desaparecieron y más tarde surgieron los anfibios que han logrado sobrevivir hasta el presente. Estos “nuevos” anfibios son los que tratamos aquí. En diferencia a los otros vertebrados, los anfibios se distinguen por sufrir una transformación total durante su desarrollo. A este cambio de forma se le llama metamorfosis.Se estima que unas 4300 especies diferentes de anfibios viven hoy en día. Todas estas especies se clasifican en tres grupos básicos.
CecílidosSalamandrasSapos y Ranas
BATRACIOS

Batracios
(Uredos - anfibios)
Constituyen el grupo más numeroso de anfibios y una de las características de su estructura corporal es la capacidad para el salto, con un gran desarrollo de las extremidades posteriores. La cabeza no está separada del tronco por un cuello. La columna vertebral está formada por 10 vértebras. Los pies están provistos de una membrana entre los dedos que facilita la natación. Disponen también de ventosas en los dedos. Algunos están adaptados a la vida arborícola e incluso unos pocos (ranas voladoras) son capaces de realizar planeos de un árbol a otro gracias a membranas extensibles entre sus dedos. Muchas especies tienen párpados que protegen los ojos. Las ranas poseen dientes en la mandíbula superior y una lengua larga, pegajosa y extensible, que pueden proyectar con gran precisión para capturar insectos, que son su principal alimento. Los sapos no tienen dientes. Viven en ambientes húmedos, aunque unos pocos se han adaptado a regiones secas y entonces los huevos experimentan un desarrollo directo, sin metamorfosis. Muchas especies son capaces de emitir sonidos, que amplían mediante sacos membranosos de la garganta y que sirven de reclamo durante la época reproductora.

La ranita de san Antonio tiene discos adhesivos en los dedos con los que puede fijarse a las hojas de los árboles, a los que trepa con gran facilidad. Es de actividad principalmente nocturna.

La rana común es el representante típico de los anuros, una de las tres clases actuales de anfibios, que se caracterizan por el desigual desarrollo de las extremidades y su extraordinaria capacidad para el salta.


< < Rana Coralina

Escuerzo Chaqueño > >
< <> >
< <> >
< < Sapo Macho

Sapos Copulando > >
< <> >
< < Rana Raganella Macho

Rana Aulladora > >
Los anfibios son los únicos vertebrados terrestres en los que todavía existe una fase larvaria libre, el renacuajo, que completa su desarrollo en el agua, tiene branquias externas y es carnívoro.
REPTILES
Reptiles


Texto: Ceferino Uribe
Ilustración: Héctor Gaitán-Rojo
Mucha gente le tiene miedo a los reptiles. Dicen: "¡Ay, un reptil, qué horror!". Están equivocados. Estúdialos con atención y verás que son realmente interesantes.
El termino reptil viene de la palabra "reptor". Se refiere a la manera de moverse de un lugar a otro apoyando la panza en el suelo. Sin embargo, no todos los reptiles se desplazan así. Lo que los caracteriza son las escamas, es decir, las placas duras que recubren sus cuerpos.
Los reptiles aparecieron en el planeta hace unos trescientos cuarenta millones de años.
Eran tantos que toda una era de la historia es conocida como Edad de los Reptiles.
Los reptiles andaban por todas partes; en las aguas, en los pantanos, en los valles y en los bosques. Algunos hasta volaban, como pájaros. Casi, casi, eran los dueños de la tierra.

Los reptiles más pequeños medían alrededor de medio metro; los más grandes, ¡más de treinta! Los que volaban tenían cuerpos aerodinámicos, es decir, cuerpos adecuados para volar. Había reptiles con poderosos cuernotes en la cabeza, con enormes escamas, con gigantescas colas, con muchos dientes grandes o con pocos dientes chicos, con patas cortas y largas, con cuellos rechonchos o con cuellos flexibles como jirafas.
En fin, para todos los gustos.
¿Sabías que los reptiles nacen de huevos?
El huevo se desarrolla después que la hembra ha sido fecundada por el macho. Allí dentro crece el bebé reptil. El huevo es como un almacén de alimentos y está protegido por una membrana o por una cáscara.


Los reptiles son ovíparos u ovovivíparos.
Los ovíparos incuban sus huevos en nidos, en el suelo, bajo las piedras o en lugares seguros. Los ovovivíparos conservan los huevos dentro del cuerpo hasta que las crías se han formado completamente.
Durante el verano, en el campo, se pueden encontrar huevos de serpiente en diversos sitios.

Con él, rompen el huevo. Horas más tarde pierden el "diente" que ya ha cumplido su función.
Las tortugas y los cocodrilos tienen un engrosamiento especial que les sirve para romper el huevo.
Se dice que los reptiles son de "sangre fría". Esto significa solamente que el calor de sus cuerpos depende del calor del medio. O sea, a diferencia de nosotros, los reptiles no tienen un sistema propio para regular la temperatura corporal. Por eso, siempre andan buscando el calor cuando hace frío y el fresco cuando la temperatura es muy alta. Por eso, también, prefieren las regiones tropicales o templadas ya que en ellas hay menos variaciones de calor.


Como hace demasiado calor, tienen una piel gruesa e impenetrable, y orinan sólido para ahorrar energías y aprovechar al máximo el agua disponible en su cuerpo. En las temporadas de más calor, estos reptiles se entierran en la arena o se dedican a dormir.
Quedan pocos reptiles en el mundo. Hay sólo cuatro grupos.
Aprende sus nombres y deslumbrarás a tus amiguitos.
¡Atención! El Chelonia, que agrupa a las tortugas; el Crocodilia, a los cocodrilos, caimanes y aligátores; el Squamanta, a las lagartijas y serpientes, y el Rinchocephalia, con un solo representante, el tuatara. Éste se parece a la iguana; tiene patas gruesas y la cola aplastada, y vive en dos islas de Nueva Zelandia.
El grupo de las serpientes y lagartijas es el que tiene más especies, que están repartidas en todos los continentes.


No olvides las características de los reptiles.
Las tortugas tienen un bonito caparazón, un pico y cuatro extremidades; viven en regiones cálidas o semicálidas. Los cocodrilos prefieren los climas tropicales y, sobre todo, los pantanos; ya sabes que poseen fuertes mandíbulas y una cola larga. Las serpientes son cilíndricas y carecen de patas y orejas. Las lagartijas son semicilíndricas, y tienen cuatro patas y larga cola.
Hay tortugas gigantes y pequeñitas. Los cocodrilos son grandes, ¡de hasta ocho metros! Las serpientes miden desde un par de centímetros a trece metros o más. Las lagartijas generalmente no pasan de los quince centímetros. Sin embargo, hay un lagartijón: vive en la isla Komodo, en Indonesia, y mide tres metros.

¡Ojo con las mordidas de algunos reptiles!

Hay dos especies venenosas de lagartijas: el "monstruo de Gila", que vive en el norte de México, y el temacuil, en el sureste. Son venenosas también las serpientes marinas, las cobras, los búngaros, las mambas, las coralillos, las cascabeles y las nauyacas. En varias regiones de México hay serpientes venenosas.

El veneno de las serpientes puede matar en segundos o en pocas horas. Para contrarrestarlo se inventaron los antídotos o contravenenos. Sin embargo, debes tener muy clara una cosa: las víboras y las serpientes son temerosas; sólo atacan si se las fastidia o se las pisa.


Cuentan que las serpientes son hipnotizadoras, que enamoran a las mujeres, que vuelan o que persiguen a la gente. Se habla de serpientes "astutas" que, aprovechando la noche y el sueño, se toman la leche de las mamás y "engañan" a los bebés utilizando su cola como chupón. Nada de eso es cierto.

Las serpientes se han convertido en símbolos de lo bueno y lo malo.

Eso se debe a que son frías, se arrastran, "miran fijo" porque no poseen párpados, y cambian de piel muchas veces.
Los aztecas las asociaban a Quetzalcóatl, Coatlicue y Tláloc. Según la Biblia, fue una serpiente la que indujo a Eva a comer del fruto prohibido. En los cuentos y leyendas aparecen reptiles fantásticos, como los dragones, animales mitad serpiente y mitad lagarto que echan fuego por la boca.


Todos los reptiles son útiles. ¡Hasta los más venenosos!
Con el veneno de las serpientes se fabrican antídotos y medicinas. La carne y los huevos de las tortugas nos sirven de alimentos, mientras que su caparazón y su piel se emplean en la industria.
En muchos países se come carne de serpientes y de lagartos. Además, la piel de las serpientes, de los grandes lagartos, de los cocodrilos, de los caimanes y de los aligátores, fue muy estimada en la industria peletera; y gracias a la invención de las pieles sintéticas, ya no se usa tanto y se ha dejado de cazarlos.

Los agricultores quieren mucho a los reptiles. Saben que ellos protegen las cosechas al devorar ratas, ratones, cucarachas, chapulines y otras plagas.
Los reptiles no son monstruos. Son criaturas de la naturaleza, como todos nosotros, que cumplen importantes misiones. Conociéndolos bien, los comprendemos y nos damos cuenta que hay que cuidarlos y estimarlos.
AVES
Aves
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?Aves
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Clasificación científica
Reino:
Animalia
Filo:
Chordata
Subfilo:
Vertebrata
Infrafilo:
Gnathostomata
Superclase:
Tetrapoda
Clase:
Sauropsida
Subclase:
Diapsida
Superorden:
Dinosauria
(sin clasif.):
Aves
Linnaeus, 1758
Subclases
ArchaeornithesEnantiornithesNeornithes
Aves es un
clado, o clase según la sistemática clásica, de vertebrados amniotas de sangre caliente, caracterizados por tener el cuerpo recubierto de plumas, un pico sin dientes (excepto en ciertas aves extintas, y en muy pocos caso tras la reactivación genética de sus antepasados) y las extremidades anteriores modificadas como alas. Todas las aves se reproducen mediante huevos (son ovíparas) y casi todas alimentan a sus crías. Descienden evolutivamente de los dinosaurios, con los que conforman, junto a los actuales cocodrilos, el grupo de los arcosaurios. Se conocen casi diez mil especies de aves en el mundo, clasificadas en 29 órdenes. Cada orden se divide en familias (unas 165) y las familias se subdividen en géneros (poco más de 2.000). Las aves son muy diversas, y se han adaptado muy bien al entorno (como demostró en su momento el estudio de Darwin sobre los pinzones de las Galápagos). Por eso hoy en día las aves son los vertebrados terrestres más abundantes.
Los países con mayor número de especies de aves del mundo son
Colombia y Perú, ambos en América del Sur, con más de 1880 especies cada uno. Existe una controversia entre ambos países en cuanto al liderazgo en número de especies, pero ello depende del método de clasificación utilizado. Asimismo, Perú es el país donde se descubren en promedio más aves por año en el mundo[1] y el que posee la mayor cantidad de especies endémicas. Otros países con un marcado endemismo son Nueva Zelanda, Madagascar y Australia, las cuales, a diferencia de Perú, cuentan con un considerable número de taxones superiores endémicos.
Contenido[
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1 Evolución y taxonomía
1.1 Taxonomía
2 Comportamiento
2.1 Reproducción
3 Conservación
3.1 Amenaza global
3.2 Introducción de aves
4 Véase también
5 Referencias
6 Enlaces externos
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Evolución y taxonomía [
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Fósil de Archaeopteryx bavarica.
Las aves más antiguas que se conocen son los
arqueópterix, de rasgos esqueléticos muy primitivos y reptilianos. Hoy se considera que las aves proceden de pequeños dinosaurios emplumados, carnívoros, que quizá ya eran capaces de desarrollar un vuelo primitivo. Así lo indica la presencia de alas en ciertos dromeosáuridos (parientes cercanos de las aves) como los microrraptores. No obstante, la aparición de las plumas en los dinosaurios no fue una adaptación asociada al vuelo, sino probablemente a la mejora de la homeotermia y, tal vez (por la presencia de plumas largas en las extremidades anteriores), como un método de cercado de presas pequeñas. Posteriormente apareció una misión secundaria de las plumas como formadoras de la superficie del ala. La transformación comenzó hace más de 150 millones de años y ha dado paso a toda la variedad de aves que existen en la actualidad mediante la evolución divergente.
La hipótesis según la cual las aves no descienden de dinosaurios, sino de otro tipo de reptiles denominados con el término obsoleto
tecodontos, está ya descartada aunque fue la más apoyada hace unos 30 años. Se han hallado muchos dinosaurios no avianos provistos de protoplumas similares a pelos (sinosauropterix, dilong, beipiaosaurio, etc) o plumas auténticas perfectamente desarrolladas (sinornitosaurios, microrraptores, caudipterix, velocirráptor[2] [3] , etc), además de aves con inconfundibles características de dinosaurios terópodos (confuciusornis, arqueópterix, iberomesornis, jeholornis, etc). El establecimiento del origen dinosauriano de las aves ha tenido como consecuencia su clasificación filogenética dentro del grupo Maniraptora, a su vez dentro de Tetanurae, Theropoda, Dinosauria, Reptilia, etc.

Taxonomía [
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Artículo principal:
Cronología de la ornitología

Confuciusornis, un ave del período Cretácico.
La primera clasificación científica de las aves fue hecha por
Francis Willughby y John Ray en su libro Ornithologiae, publicado en 1676.[4] Carolus Linnaeus modificó su trabajo en 1758 para crear la clasificación taxonómica aun en uso.[5]
Las aves están categorizadas como una
clase homónima en la Taxonomía de Linneo. En Taxonomía Filogenética las aves se ubican en el clado de los dinosaurios Theropoda (dinosaurios carnívoros bípedos).[6] Las aves y su orden hermano, el orden Crocodilia, juntos son los únicos sobrevivientes del clado Archosauria. Filogenéticamente, las Aves modernas son comúnmente definidas como las descendientes del ancestro más común Archaeopteryx lithographica.[7] Archaeopteryx, pertenciente al Jurásico tardío (entre 155-150 millones de años), es el animal más antiguo hasta ahora conocido que ostenta el nombre de ave. Otros han definido Aves para agrupar solamente a las más modernas, excluyendo a la mayoría de las aves conocidas solamente a través de fósiles,[8] en parte para evitar las incertidumbres sobre la colocación del Archaeopteryx en relación a los animales tradicionalmente conocidos como dinosaurios terópodos.[9]

Adaptaciones en los picos a raíz de las necesidades alimenticias:A.- NectarívorasB.- InsectívorasC.- GranívorasD.- SemillerasE.- PescadorasF.- Pescadoras arrastrerasG.- FiltradorasH.- Examinadoras de superficiesI.- ExaminadorasJ.- RosadorasK.- Rapaces
Para clasificarlas, las aves se dividen tradicionalmente en tres subclases:
Archaeornithes, Enantiornithes y Neornithes. La primeras, primitivas aves cuyas vertebras de la cola no se encuentran fusionadas, no así las últimas, únicas sobrevivientes, cuyas vertebras de la cola si se encuentran fusionadas.
Subclase
Neornithes
Paleognathae
Struthioniformes, como, por ejemplo, el emú
Tinamiformes, como el ñandú
Neognathae
Anseriformes, como el cisne
Galliformes, como la gallina
Gaviiformes, como el colimbo ártico
Podicipediformes, como el somorgujo
Procellariiformes, como el albatros
Sphenisciformes, como los pingüinos
Pelecaniformes, como el pelícano
Ciconiiformes, como la cigüeña
Phoenicopteriformes, como el flamenco rosado
Falconiformes, como el halcón peregrino
Gruiformes, como la grulla coronada
Charadriiformes, como las gaviotas
Pteroclidiformes, como la ganga ibérica
Columbiformes, como las palomas
Psittaciformes, como los guacamayos
Cuculiformes, como el cuco
Strigiformes, como las lechuzas
Aegotheliformes, como el chotacabras
Caprimulgiformes, como el urutaú
Apodiformes, como el vencejo
Coraciiformes, como el martín pescador
Piciformes, como el tucán
Trogoniformes, como el quetzal
Coliiformes, como el pájaro ratón
Passeriformes, como el gorrión.

Comportamiento [
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Reproducción [
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Las aves han desarrollado un comportamiento reproductor más complejo que la mayoría de los vertebrados. Esta complejidad se pone de manifiesto sobre todo cuando llega la época de reproducción, durante la cual estos animales hacen una serie de rituales, algunos de ellos muy elaborados, como el cortejo del macho para aparearse con la hembra, o la construcción de nidos para llevar a cabo la puesta de huevos. Se reproducen mediante
fecundación interna y ponen huevos provistos de una cubierta calcárea dura (el cascarón). Los progenitores los incuban para mantener al embrión del interior a la temperatura adecuada. Cuando el embrión completa su desarrollo, rompe el cascarón y sale al exterior. Desde ese momento ha de ser alimentado y protegido por sus progenitores hasta que se puede valer por sí mismo (salvo en el caso del kiwi, que desde que nace es autosuficiente). El pollo está cubierto por unas pequeñas plumas llamadas plumón que le protegen del frío hasta que desarrolla el plumaje definitivo.Por su comportamiento al salir del huevo los pollos pueden ser nidicolas; nacen desamparados y precisan mucho de los cuidados de sus progenitores, es el caso de por ejemplo de las rapaces, pájaros y otros muchos grupos de aves. Y nidifugos; nacen totalmente formados y al poco de nacer corren detras de su madre es el caso de anseriformes y galliformes.

Conservación [
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Amenaza global [
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El kakapo es una de las aves más amenazadas del Mundo.
Según un estudio realizado por el Consejo Internacional para la Protección de las Aves (
ICBP), más de un millar de especies de aves están en peligro de extinción. Sin embargo, hay muchas más cuya población esta disminuyendo o son potencialmente vulnerables y pronto podrían estar también en peligro de extinción. La familia que cuenta con más especies amenazadas (más de 70 especies) es la de los psitácidos, la familia de los loros. Ejemplos de estas especies amenazadas son el kakapo, Strigops habroptilus, el único papagayo no volador del mundo, o el psitácido más grande, el guacamayo jacinto, Anodorhyncus hyacinthinus.
Las aves amenazadas viven en hábitats muy diversos, pero el ecosistema donde hay más abundancia de estas especies es la
pluviselva tropical. En cuestión de países, Indonesia y Brasil se llevan la palma con más del 25% de las aves en peligro.
Desde 1600 han desaparecido al menos 100 especies, la mayor parte isleñas, y de ellas más de 30 lo han hecho en el siglo XX. La desaparición de estas aves es también un fuerte golpe para otros animales de los mismos ecosistemas, que ven variar constantemente la
cadena trófica.
Las especies introducidas por el hombre, en especial depredadores como
ratas, gatos y mangostas, han sido la principal causa de extinción de las aves isleñas como el famoso dodo.

Introducción de aves [
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Sin embargo, muchas aves han sido objeto de introducción en otros entornos. Es el caso de muchas aves galliformes, que son liberadas para tener una población estable para cazar. Además, muchas aves exóticas son liberadas de sus jaulas cuando sus amos se cansan de ellas, como la
cotorra argentina o perico monje (Myiopsitta monachus), que hoy en día es considerada una plaga y se ha extendido en España y en Chile.

Véase también [
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Portal de aves
Lista de aves extintas
Comunicación animal
Migración animal
Anillamiento de aves
Lista de aves de Brasil
Lista de aves de Sibley-Monroe
Museo de las Aves de México
Aves en Cuba
MAMIFEROS
Mammalia
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?MamíferosRango fósil: Holoceno - Presente
Felis silvestris domesticus.
Clasificación científica
Reino:
Animalia
Subreino:
Eumetazoa
Superfilo:
Deuterostomia
Filo:
Chordata
Subfilo:
Vertebrata
Infrafilo:
Gnathostomata
Clase:
Mammalia
Subclassis
Allotheria
Prototheria
Theria
Trituberculata
Metatheria
Eutheria
Los mamíferos (Mammalia) son una clase de vertebrados amniotas homeotermos (de "sangre caliente"), con pelo y glándulas mamarias productoras de leche con la que alimentan las crías; la mayoría son vivíparos (con la notable excepción de los monotremas (ornitorrinco y equidnas). Se trata de un taxón monofilético. Su origen remonta a finales del Triásico, hace más de 200 millones de años. Pertenecen al clado sinápsidos, que incluye también numerosos "reptiles" emparentados con los mamíferos, como los pelicosaurios y los cinodontos.
La ciencia que estudia las casi 5.000 especies de mamíferos existentes se denomina teriología, mamiferología ó mastozoología.
Contenido[ocultar]
1 Identidad y diversidad
1.1 Sinapomorfías
1.2 Diversidad
2 Origen y evolución
3 Adaptación a la vida en La Tierra
4 Clasificación (Sistemática y Taxonomía)
5 Distribución geográfica
6 Número de especies de mamíferos por continentes
7 Anatomía y fisiología
7.1 Piel
7.2 Aparato locomotor
7.3 Aparato digestivo
7.4 Aparatos respiratorio y circulatorio
7.5 Sistema nervioso y órganos de los sentidos
7.6 Reproducción
7.7 Regulación de la temperatura
8 Comportamiento social
9 Papel ecológico
9.1 Importancia de la relacion entre el hombre y los demas mamiferos
9.1.1 Aspectos negativos
9.1.2 Aspectos positivos
9.2 Conservación
10 Véase también
11 Saber más
11.1 Referencias
11.2 Bibliografía
12 Enlaces externos
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Identidad y diversidad [editar]

Diversas clases de mamíferos
Los mamíferos constituyen un grupo de seres vivos muy diverso y, a pesar del reducido número de especies que lo forman en comparación con otros taxones del reino animal o vegetal, su estudio es con mucho el más profundo en el campo de la Zoología, seguramente porque la especie humana pertenece a él.
Es tal la diversidad de la clase que para un profano sería difícil establecer con claridad qué especie es mamífera y cual no. Para ilustrar con un ejemplo esta diversidad fenotípica, anatomo-fisiológica y etológica, basta relacionar algunas de sus especies como el ser humano (Homo sapiens), un canguro rojo gigante (Macropus rufus), una chinchilla (Chinchilla lanigera) , una ballena blanca (Delphinapterus leucas), una jirafa (Giraffa camelopardalis), un lémur de cola anillada (Lemur catta) o un jaguar (Panthera onca).

Sinapomorfías [editar]
Tres son las características comunes que definen esta clase, y las tres son exclusivas de los mamíferos, no apareciendo en ninguna especie animal no incluida en ella:
La mandíbula está conformada sólo por el dentario (hueso que se articula con el escamoso), rasgo único y exclusivo de todos los mamíferos, la cual es la principal característica diagnóstica para el grupo.
Son los únicos animales con pelo, y todas las especies, en mayor o menor medida lo tienen (aunque sea en estado embrionario).
Poseen glándulas sebáceas modificadas capaces de segregar leche, alimento del que se abastecen todas las crías de mamífero, son las glándulas mamarias.
Presentan tres huesos en el oído medio: martillo, yunque y estribo, con excepción de los monotremas que presentan el oído reptiliano.
Pero a pesar de éstas y otras similitudes, que no son definitorias de la clase (con excepción del dentario como único hueso que conforma la mandíbula, que sí es una característica diagnóstica para la clase), son muchas más las diferencias existentes, especialmente en cuanto a aspecto externo se refiere.

Hembra de pastor alemán y dos cachorros después del parto

Diversidad [editar]
Sólo comparar la especie animal de mayor envergadura que ha existido, la ballena azul (Balaenoptera musculus), que puede alcanzar las 160 tm con el murciélago de hocico de cerdo de Kitti (Craseonycteris thonglongyai), considerado el mamífero de menor tamaño, cuyos adultos apenas alcanzan los 2 g de peso, podemos observar que entre la especies más y menos voluminosas, la diferencia en masa corporal es de 53 millones de veces.
La gran adaptabilidad de los individuos que integran la clase los ha llevado a habitar todos los ecosistemas del planeta lo que ha dado lugar a multitud de diferencias anatómicas, fisiológicas y de comportamiento convirtiéndolos en su conjunto en uno de los grupos dominantes sobre La Tierra. Han sido capaces de colonizar el dosel verde de la jungla y el subsuelo de los desiertos, los duros hielos polares y las cálidas aguas tropicales, los enrarecidos ambientes de las altas cumbres y las fértiles y extensas sabanas y praderas.
Reptan, saltan, corren, nadan y vuelan. Muchos de ellos son capaces de aprovechar la más variada gama de recursos alimenticios mientras otros están especializados en determinados alimentos. Este sinfín de circunstancias ha forzado a estos animales a evolucionar adoptando una multitud de formas, estructuras, capacidades y funciones.
Resulta curioso comprobar como en muchos casos, especies muy distanciadas entre sí, geográfica y filogenéticamente, hayan adoptado estructuras morfológicas, funciones fisiológicas y aptitudes de comportamiento similares. A este fenómeno se le conoce como evolución convergente. La similitud en la cabeza de un lobo gris (Canis lupus) y un tilacino (Thylacinus cynocephalus) es sorprendente, siendo dos especies tan distanciadas filogenéticamente.
El erizo común europeo (Erinaceus europaeus) y el equidna común (Tachyglossus aculeatus) pueden confundir a cualquier profano pues no sólo han adoptado la misma estructura de defensa, sino que comparten morfologías parecidas para explotar recursos alimenticios similares.

Origen y evolución [editar]
Artículo principal: Evolución de los Mamíferos
Los mamíferos actuales descienden de los sinápsidos primitivos, grupo de tetrápodos amniotas que comenzó a florecer a principios del Pérmico, hace unos 280 millones de años, y continuó dominando sobre los «reptiles» terrestres hasta hace unos 245 millones de años (principios del Triásico), cuando empezaron a despuntar los primeros dinosaurios. Debido a su superioridad competitiva, estos últimos hicieron desaparecer a la mayoría de los sinápsidos. No obstante, algunos sobrevivieron y se convirtieron en los primeros mamíferos verdaderos hacia finales del Triásico, hace unos 200 millones de años.
Aprovechar los recursos sin tener que competir con animales de mayor envergadura suponía adaptarse a regiones inhóspitas de clima normalmente frío, a los hábitos nocturnos, también con bajas temperaturas y además escasa iluminación.
A lo largo de la historia evolutiva de los mamíferos, acontecen una serie de hechos que van a determinar el perfeccionamiento que caracteriza a la clase. La capacidad homeotérmica es sin duda alguna la característica que permite a los mamíferos un mundo libre de competencia y rico en recursos altamente nutritivos. Fue gracias a ella que pudieron conquistar territorios fríos y sobre todo, vivir de noche.
El crecimiento de pelo protegiéndoles el cuerpo de la pérdida de calor y el desarrollo de una visión apta para bajos índices de luminosidad fueron las otras dos circunstancias que colaboraron en la conquista de estos nichos ecológicos hasta el momento libres de animales superiores. Las adaptaciones del esqueleto fueron el primer paso para conseguir mayor efectividad energética basada en el incremento del aprovechamiento de los recursos y en la disminución del gasto.
El cráneo va haciéndose más efectivo, pierde masa, mantiene resistencia y simplifica estructuras a la vez que permite el desarrollo y efectividad muscular. Las modificaciones del cráneo llevan además consigo la formación de un paladar secundario, la formación de la cadena ósea del oído medio y la especialización de las piezas dentales.
Las extremidades dejan paulatinamente de articularse a ambos lados del tronco para hacerlo por debajo. De este modo, a la vez que aumenta la movilidad del animal, disminuye el gasto energético al hacerlo los requerimientos para el desplazamiento y el mantenimiento del cuerpo erguido. Por su parte, la gestación interna de las crías y el proporcionarles a éstas los alimentos para la primera edad sin tener que buscarlos (leche), permitió mayor libertad de movimiento a las madres y con ello un avance en su capacidad de supervivencia tanto individual como de la especie.
En todos estos cambios evolutivos se vieron involucradas todas y cada una de las estructuras orgánicas así como los procesos fisiológicos. La maquinaria biológica especializándose requería mayor efectividad de los procesos respiratorios y digestivos, provocando el perfeccionamiento de los aparatos circulatorio y respiratorio con relación a la efectividad fisiológica y el del digestivo para conseguir un mayor aprovechamiento nutritivo de los alimentos fueron otros de los logros conseguidos por estos animales durante su evolución.
El sistema nervioso central fue adquiriendo un tamaño y estructura histológica que no se conoce en otros animales, y la deficiencia de iluminación a que se enfrentaban las especies nocturnas se vio compensada con el desarrollo de los otros órganos sensoriales, en especial del oído y el olfato. Todos estos fenómenos evolutivos tardaron varios cientos de millones de años, tras los cuales los mamíferos hemos llegado a dominar la vida sobre La Tierra, siendo las especies vivas con mayor grado de evolución y desarrollo .
Cladograma resumido-Tetrapoda

`--Amniota

`--Synapsida

`--Therapsida

`--Theriodontia

`--Cynodontia

`--Mammaliaforme

`--Mammalia

Adaptación a la vida en La Tierra [editar]
Tal diversidad de los mamíferos es fruto de los rápidos procesos evolutivos a los que se han visto sometidos estos animales en su camino hacia la conquista del planeta, habiendo demostrado una extraordinaria capacidad de adaptación que les ha permitido distribuirse por la práctica totalidad de su superficie.
Los mecanismos desarrollados por cada especie para conseguir adaptarse al medio evolucionaron de forma independiente. Así, mientra que algunas especies como el oso polar (Ursus maritimus) se protegieron del frío con una densa capa de pelo que con el reflejo de luz se ve blanco, otros como los pinnípedos o los cetáceos lo hicieron produciendo una densa capa de tejido graso bajo la piel.
En otros casos, especies muy distanciadas filogenéticamente recurren a mecanismos similares para adaptarse a circunstancias parecidas. El desarrollo de los pabellones auriculares del fénec (Vulpes zerda) y del elefante africano (Loxodonta africana) para incrementar la superficie de intercambio calórico y favorecer la homeostasis es un claro ejemplo.
La reconquista de las aguas por parte de animales que eran completamente terrestres es otra de las muestras de la capacidad de adaptación de los mamíferos. Distintos grupos de la clase han evolucionado de forma totalmente independiente para retornar al medio acuoso y explotar los nichos marinos y fluviales.
Por citar algunos ejemplos que ilustren la variabilidad de los mecanismos desarrollados para adaptarse a la vida acuática, dos órdenes cuyas especies son estrictamente acuáticas, Cetacea y Sirenia, las familias de carnívoros Odobenidae (morsa), Phocidae (Focas) y Otariidae (Osos y leones marinos), mustélidos como la nutria de mar (Enhydra lutris) y otras especies fluviales, roedores como el castor (Castor sp.) o la capibara (Hydrochoerus hydrochaeris), el desmán de los Pirineos (Galemys pyrenaicus), el hipopótamo (Hippopotamus amphibius), el yapok (Chironectes minimus), el ornitorrinco (Ornithorhynchus anatinus)...
Junto con las aves y los extintos pterosaurios, un grupo de mamíferos, los quirópteros han sido los únicos vertebrados capaces de desplazarse mediante vuelo activo. No sólo han desarrollado estructuras anatómicas imprescindibles como las alas. También han sido imprescindibles adaptaciones fisiológicas que permitan el ahorro energético compensando así el tremendo gasto que supone el vuelo.
Estos animales además, teniendo que desenvolverse en la más estricta oscuridad de la noche y el interior de las cavernas, han evolucionado perfeccionando el sistema de ecolocalización que les permite percibir con exactitud el mundo que los rodea.
Topos y otros zapadores, principalmente roedores, lagomorfos y algunos marsupiales habitan bajo tierra, algunos pasando enterrados la mayor parte de su vida. Han conseguido conquistar el interior de la superficie terrestre, pero la percepción del exterior, el movimiento bajo tierra, las relaciones entre individuos y los requerimientos nutritivos y respiratorios han sido algunas de las cuestiones que han tenido que resolver a lo largo de su evolución, sufriendo durante ella notables transformaciones y especializaciones imprescindibles.
Y tal especialización convierte a la vez a estos animales en los más poderosos y los más frágiles. A lo largo de toda su andadura evolutiva, no han sido pocas las especies, familias e incluso órdenes enteras las que han desaparecido al verse modificado el hábitat natural en el que se desenvolvían. Y en este sentido, en la actualidad, quizá otro mamífero, el Homo sapiens, ha sido el causante directo o indirecto de la desaparición de muchas otras especies. Así, la desaparición de terrenos de caza vírgenes está haciendo desaparecer al lince ibérico (Lynx pardina), el felino más amenazado del planeta, la tala indiscriminada ha estado a punto de acabar con el panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) o la introducción de especies foráneas como gatos, perros o zorros, con los gatos marsupiales australianos.

Clasificación (Sistemática y Taxonomía) [editar]
Artículo principal: Taxonomía de los mamíferos
La taxonomía clásica se ha basado fundamentalmente en datos morfológicos para establecer similitudes y diferencias que permitan clasificar a las distintas especies, pero los nuevos descubrimientos paleontológicos y los continuos avances en genética y biología molecular ponen en entredicho bastantes de las teorías evolutivas hasta el momento aceptadas.
Como resumen cladístico de lo que se expone en el artículo principal puede servir el árbol siguiente en el que sólo aparecen taxones de distinto rango entroncados directamente con la clase Mammalia o pendientes de una jerarquización más precisa:[1] [2]
===0 Mammalia Linnaeus, 1758 - mamíferos
-o Fruitafossor Luo & Wible, 2005 (†)
`-- Fruitafossor windscheffeli Luo & Wible, 2005 (†)
-o Tikitherium Datta, 2005 (†)
`-- Tikitherium copei Datta, 2005 (†)
--o Reigitheriidae Bonaparte, 1990 - reigitéridos (†)
`-o Reigitherium Bonaparte, 1990 (†)
`-- Reigitherium bunodontum Bonaparte, 1990 (†)
=> Volaticotheria Meng & al., 2005 - volaticoterios (†)
=> Triconodonta Osborn, 1888 - triconodontes (†)
==> Allotheria Marsh, 1880 - aloterios (†)
==> Holotheria Wible & al., 1995 - holoterios
`==> Prototheria Gill, 1872 - prototerios

Distribución geográfica [editar]
Artículo principal: Distribución geográfica de los mamíferos
Los mamíferos son los únicos animales capaces de distribuirse por, prácticamente, la totalidad de la superficie del planeta, con excepción de las tierras heladas de la Antártida, aunque algunas especies de foca habiten en sus costas. En el extremo opuesto, el área de distribución de la foca híspida (Pusa hispida) alcanza las proximidades del Polo Norte.
Otra excepción la constituyen las islas remotas, alejadas de las costas continentales en las cuales, sólo se dan casos de especies introducidas por el hombre, con el consabido desastre ecológico que ello supone.
En tierra, se hallan desde nivel del mar hasta los 6.500 metros de altitud, poblando todos los biomas existentes. Y lo hacen no sólo sobre la superficie sino también bajo ella, e incluso por encima, tanto entre las ramas de los árboles como habiendo sufrido modificaciones anatómicas que les permiten el vuelo activo como es el caso de los murciélagos, o pasivo como es el de colugos, petauros y ardillas voladoras.
También el medio acuático ha sido conquistado por estos animales. Hay constancia de que a lo largo y ancho del planeta, los mamíferos pueblan sus ríos, lagos, humedales, zonas costeras, mares y océanos alcanzando profundidades superiores a los 1.000 metros. De hecho, cetáceos y carnívoros marinos son dos de los grupos de mamíferos más ampliamente distribuidos por el planeta.
Como grupos taxonómicos, roedores y murciélagos, además de ser los más numerosos en especies, son los que han llegado a poblar las mayores superficies, pues salvo en la Antártida, pueden encontrarse en todo el planeta, incluidas islas no tan cercanas a la costa, imposibles de colonizar por otras especies terrestres.
En el extremo opuesto, las órdenes con pocas especies, son las de menor área de distribución global, con especial mención a dos de las tres órdenes de marsupiales americanos que se circunscriben a un área relativamente limitada del subcontinente meridional, especialmente el monito del monte (Dromiciops australis), único ejemplar de la orden Microbiotheria.
Los sirenios, aunque con áreas limitadas para cada una de las pocas especies con ejemplares vivos, pueden encontrarse en Asia, África, Centro y Sudamérica y Oceanía. Algunas órdenes son exclusivas de continentes determinados, habiendo evolucionado aisladas del resto de los mamíferos, como ocurre con los cingulados en Sudamérica, con los tubulidentados en África o los dasyuroformes en Oceanía, por citar algunos ejemplos.
Si exceptuamos al hombre (Homo sapiens), y a los animales asociados a él tanto domésticos como salvajes, de entre las demás especies, quizá sea el lobo gris (Canis lupus) o el zorro rojo (Vulpes vulpes), las más ampliamente distribuidas pues sus ejemplares se encuentran por la mayor parte del hemisferio norte. También el leopardo (Panthera pardus), que lo hace desde África hasta India o el puma (Puma concolor), desde Canadá hasta el sur de Chile son dos especies con áreas de distribución muy extensas. Otros carnívoros como el león (Panthera leo), el tigre (Panthera tigris) o el oso pardo (Ursus arctos) se han extendido por gran parte de la tierra hasta tiempos relativamente recientes, aunque sus áreas de distribución hayan ido disminuyendo paulatinamente hasta fraccionarse y acabar desapareciendo de la mayor parte de ellas en la actualidad.
En contraposición, un numero mucho mayor de ellas ocupan áreas limitadas y no todas porque las hayan visto reducidas por alguna causa, sino porque a lo largo de su evolución no han sabido, no han podido o no han necesitados extenderlas más allá de las actuales.
Pero no sólo especies determinadas han sido las que han desaparecido de regiones más o menos amplias del planeta, sino que algunos grupos enteros de mamíferos que en otros tiempos poblaron determinados continentes, no han logrado sobrevivir hasta los tiempos actuales. Los équidos por ejemplo, que poblaban en estado salvaje en casi todo el planeta, hoy sólo existen en libertad en Asia y África, habiendo sido reintroducidos por el hombre en estado doméstico en el resto del planeta.
Y en otros casos la introducción fortuita o voluntaria de ciertas especies en regiones en las que no existían, ha puesto en peligro e incluso ha provocado la desaparición de las especies nativas.

Número de especies de mamíferos por continentes [editar]
En este apartado no figuran todas las especies de mamíferos de cada país. Solo se incluyen los mamíferos terrestres de los tres primeros y tres últimos países (según su variedad de especies).
África: Congo RDC (450 especies), Camerún (409 especies), Kenya (359 especies). Mauricio (4 especies), Cabo Verde (5 especies), Santo Tome y Principe (8 especies).
América del Norte: México (491 especies), EE. UU. (432 especies), Canadá (193 especies).
América Central: Guatemala (250 especies), Panamá (218 especies), Costa Rica (205 especies). Belize (125 especies), El Salvador (135 especies), Honduras (173 especies).
América del Sur: Perú (460 especies), Venezuela (340 epecies)[3] , Brasil (417 especies), Colombia (359 especies). Uruguay (81 especies), Chile (91 especies), Surinam (180 especies).
Asia: Indonesia (457 especies), China (400 especies), India (316 especies). Maldivas (4 especies), Qatar (11 especies), Kuwait (21 especies).
Europa: Rusia (263 especies), Turquía (116 especies), Ucrania (108 especies). Islandia (11 especies), Dinamarca (43 especies), Reino Unido (50 especies).
Oceanía: Australia (260 especies), Papúa Nueva Guinea (222 especies), Nueva Zelanda (10 especies). Islas Marshall (0 especies), Tonga (1 especie), Samoa (3 especies).

Anatomía y fisiología [editar]
Artículo principal: Anatomía y fisiología de los mamíferos
Ya se han apuntado los caracteres sinapomórficos de la clase mamífera. Todas las especies los presentan y son exclusivos además de la clase:[4]
El dentario como único hueso de la mandíbula, que se articula con el escamoso en el cráneo.
Cadena ósea del oído medio: martillo (malleus), yunque (incus) y estribo (stapes).
Pelo en la superficie de su cuerpo.
Producción de leche en las glándulas mamarias.
Los dientes se componen de sustancias que no pertenecen al sistema óseo, sino al tegumentario, como la piel, las uñas y el pelo. La materia que forma el cuerpo del diente es el marfil o dentina, que por lo general está revestido en el exterior de otra sustancia muy dura, el esmalte, mientras que en la base del diente la envoltura externa está compuesta por una tercera sustancia llamada cemento. en los mamíferos, los dientes se hallan siempre insertos en los huesos del cráneo que rodean la boca, que son, arriba, dos maxilares y dos premaxilares, y abajo, una mandíbula o quijada, que se articula directamente con la caja del cráneo. este último, a su vez, enlaza con la columna vertebral por medio de dos abultamientos, o cóndilos, que hay a uno y otro lado del agujero por donde la médula espinal penetra para unirse al encéfalo. aunque el número de vértebras de la columna vertebral varía mucho según las especies, las cervicales o vertebras del cuello son siete en todos los mamíferos a excepción de los perezosos que pueden tener hasta 10 y de los manatíes que sólo poseen seis. Pero además, existen otras características comunes a estas especies que sirven también para identificarlas como parte del taxón:
Los mamíferos son los únicos animales que poseen un solo hueso en cada mandíbula, el dentario, articulado directamente con el cráneo. Los huesos de la mandíbula de los reptiles, se transformaron en dos de los tres huesos que forman la cadena ósea del oído, el martillo (articular) y el yunque (cuadrado). El estribo procede del único hueso que presentan los reptiles en el oído, la columella.
Los dientes están altamente especializados en función de los hábitos alimenticios, y son sustituidos por regla general, una vez en la vida (diphyodontia).
Existe un paladar secundario que es capaz de de separar el paso del aire hacia la tráquea del tránsito de agua y alimentos al aparato digestivo.
El diafragma es una estructura muscular que separa la cavidad torácica de la abdominal y contribuye en las funciones digestivas y respiratorias. Sólo se encuentra en mamíferos y todas las especies lo poseen.
El corazón está separado en cuatro cavidades y en los adultos sólo se desarrolla el arco aórtico izquierdo.
Los hematíes son células sin núcleo en la mayoría de las especies de mamíferos.
Los lóbulos cerebrales están bien diferenciados y la corteza cerebral muy desarrollada, con marcadas circunvoluciones más evidentes en especies con mayor capacidad intelectual.
El sexo del adulto viene determinado por la existencia de dos cromosomas (X e Y) desde el momento mismo de la formación del cigoto.
La fertilización es interna en todas las especies.
Todas las especies son endotérmicas, esto es, que pueden producir calor con su cuerpo, y la mayor parte además son homeotérmicas, o lo que es lo mismo, pueden mantener la temperatura dentro de un rango determinado. Sólo los monotremas presentan ciertas limitaciones de esta capacidad.

Piel [editar]
Artículo principal: Anatomía y fisiología de los mamíferos: la piel
La piel, generalmente espesa, esta formada por una capa externa o epidermis, una capa profunda o dermis y un estrato subcutáneo repleto de grasa que le sirve de protección contra las pérdidas de calor, ya que los mamíferos son animales homeotermos.
En ella se hallan dos de las sinapomorfias de la clase Mammalia: el pelo y las glándulas mamarias.
Está implicada directamente en la protección del animal, la capacidad de termorregulación, la excreción de productos de desecho, la comunicación animal y la producción de leche (glándulas mamarias).
Otras formaciones cutáneas de naturaleza córnea que presentan los mamíferos son las uñas, cascos, pezuñas, garras, cuernos y el pico en el caso del ornitorrinco.

Aparato locomotor [editar]
Artículo principal: Anatomía y fisiología de los mamíferos: aparato locomotor
El aparato locomotor es el conjunto de sistemas y tejidos que posibilitan el mantenimiento del cuerpo del animal y su movimiento.
Esqueleto:
Esqueleto axial:
Cabeza: cráneo y mandíbula.
Columna vertebral: vértebras cervicales, torácicas, lumbares, sacras y caudales o coxígeas.
Caja torácica: esternón y costillas.
Esqueleto apendicular:
Cintura escapular: clavícula y omóplatos o escápulas.
Extremidades anteriores: húmero, cúbito, radio, carpos, metacarpos y falanges.
Cintura pélvica: ilion, isquion y pubis.
Extremidades posteriores: fémur, rótula, tibia, peroné, tarsos, metatarsos y falanges.
Además existen otras formaciones óseas como los huesos del oído medio, el hueso peneal de algunos carnívoros e incluso los huesos cardíacos de algunos bóvidos en los que osifica el cartílago cardíaco.
Además del sistema óseo, el aparato locomotor está formado por el sistema muscular y el sistema articular.

Aparato digestivo [editar]
Artículo principal: Anatomía y fisiología de los mamíferos: nutrición
El aparato digestivo consiste en un conducto de entrada, o esófago, un estómago y un tubo intestinal con salida al exterior, más algunas glándulas anejas, las más importantes de las cuales son el hígado y el páncreas. Salvo contadas excepciones, el alimento sufre una preparación previa, la masticación, por medio de los dientes, órganos duros que guarnecen la boca y cuyo número y forma varían en gran medida según la alimentación de cada animal. En la mayoría de los casos hay, ante todo, unos dientes cortantes, llamados incisivos; a continuación, otros aptos para desgarrar, que son los colmillos, o caninos, y, por último, otros que sirven para triturar y moler, de-nominados muelas o molares. Por regla general, los mamíferos poseen una serie de dientes cuando son jóvenes y más tarde los cambian por otros. El aparato digestivo de los mamíferos es un complejo visceral tubular en el que los alimentos se someten a un intenso tratamiento para obtener el máximo rendimiento en aprovechamiento de los nutrientes.
Durante el tránsito digestivo desde que se ingiere hasta que se excreta, el alimento es sometido a un intenso proceso de degradación mecánica y química en el que intervienen una serie de órganos y tejidos encadenados estratégicamente.
Esquema del tránsito digestivo:
Boca: masticación e insalivación con absorción de escasos componentes.
Esófago: tránsito con escasa absorción.
Estómago: digestión mecánica y química con absorción parcial de nutrientes.
Intestino delgado: digestión mecánica y química (enzimática y bacteriana) con absorción abundante de nutrientes.
Intestino grueso: digestión mecánica y química (bacteriana) con absorción de agua y sales minerales, principalmente.
Ano: eliminación.
La dieta del animal determina notablemente la fisiología y la anatomía de este aparato orgánico.

Aparatos respiratorio y circulatorio [editar]
Artículo principal: Anatomía y fisiología de los mamíferos: respiración y circulación sanguínea
Estos dos aparatos son los encargados del intercambio de gases y su distribución por el organismo.
El aire exterior es inspirado a través de las vías respiratorias (boca, nariz, laringe y tráquea) y se distribuye por bronquios y bronquiolos a todo el complejo sacular que constituyen los alvéolos pulmonares.
La sangre procedente de los tejidos transporta dióxido de carbono y al alcanzar los capilares alveolares, lo elimina a la vez que capta oxígeno. Éste será transportado nuevamente al corazón y desde allí a todos los tejidos para proporcionarles el gas necesario para la respiración celular, volviendo a transportar el anhídrido carbónico residual hasta los pulmones.
El diseño y el funcionamiento de todos estos órganos y tejidos está perfectamente sincronizado para rentabilizar el proceso, especialmente en especies acuáticas o subterráneas en las que el aporte de oxígeno es limitado.

Sistema nervioso y órganos de los sentidos [editar]
Artículo principal: Anatomía y fisiología de los mamíferos: sistema nervioso y órganos de los sentidos
El sistema nervioso es un complejo conjunto de células, tejidos y órganos altamente especializados que tiene como misión recibir estímulos de distinta naturaleza, transformarlos en electro-químicos para transportarlos hasta el cerebro, traducirlos aquí y ordenar una respuesta que será transmitida nuevamente como señales electro-químicas hasta el órgano o tejido implicado en la ejecución de la misma.
El esquema del sistema nervioso es básicamente:
Sistema nervioso central:
Encéfalo: Cerebro, cerebelo y tronco del encéfalo.
Médula espinal.
Sistema nervioso periférico:
Nervios.
Gánglios neuronales.
Los órganos de los sentidos, por su parte son órganos ricos en terminaciones nerviosas capaces de traducir los estímulos externos en información para relacionar al individuo con su entorno. De manera general, los más importantes en los mamíferos son el olfato, el oído, la vista y el tacto, si bien en determinados grupos, otros sentidos como la ecolocalización, la magnetosensibilidad o el gusto adquieren mayor importancia.

Reproducción [editar]
Artículo principal: Anatomía y fisiología de los mamíferos: reproducción
En todos los mamíferos se presentan los sexos separados y la reproducción es de tipo vivípara, excepto en el grupo de los monotremas, que es ovípara.
El desarrollo del embrión va acompañado de la formación de una serie de anejos embrionarios, como son el corion, amnios, alantoides y el saco vitelino. Las vellosidades del corion, junto con el alantoides, se unen a la pared del útero y dan lugar a la placenta. Ésta permanece unida al embrión por el cordón umbilical, y es a través de él por donde pasan las sustancias procedentes del cuerpo de la madre al del feto.
El periodo de gestación y el número de crías por camada varían mucho según los grupos. Normalmente, cuanto mayor es el tamaño del animal, más largo es el periodo de gestación y menor el número de crías. La mayor parte de los mamíferos proporcionan a sus hijos cuidados paternales.
Por último, es también característico de los mamíferos su modo de reproducirse. Si bien algunas especies son ovíparas, es decir, el óvulo fecundado sale al exterior formando un huevo, en la inmensa mayoría el embrión se desarrolla dentro del cuerpo de la madre y nace en un estado más o menos avanzado. De aquí se deriva una primera clasificación del grupo en mamíferos que ponen huevos y mamíferos vivíparos. A los segundos se les ha llamado terios, término derivado del griego clásico que significa «animales», y a los que son ovíparos, prototerios, esto es, «primeros animales», ya que el registro fósil permite suponer que los primeros mamíferos que aparecieron en el mundo pertenecían a esta categoría.
Todavía en los terios cabe distinguir entre los mamíferos cuyos hijos nacen en un estado de desarrollo muy atrasado, teniendo que pasar algún tiempo en una bolsa que la hembra posee en la piel del vientre, y aquellos otros en que no se observa semejante particularidad. Los primeros son los metaterios (también denominados marsupiales), es decir, «los animales que vienen detrás», los que siguen a los prototerios, y los últimos los euterios o mamíferos placentarios. Dentro de la clase que nos ocupa, éstos constituyen la gran mayoría.

Regulación de la temperatura [editar]
Son Homotermicos.

Comportamiento social [editar]
También las altas necesidades energéticas de estos animales condicionan su comportamiento que, si bien varía sustancialmente de unas especies a otras, siempre tiene como meta el ahorro de energía para mantener la temperatura corporal.
Mientras que los mamíferos que habitan las regiones frías del planeta tienen que evitar la pérdida de calor corporal, los que habitan climas secos y calientes dirigirán sus esfuerzos a evitar el sobrecalentamiento y la deshidratación. El comportamiento de todos por tanto irá encaminado a mantener el equilibrio fisiológico a pesar de las condiciones ambientales.
Los mamíferos en general exhiben todo tipo de formas de vida: hay especies de hábitos arborícolas y otras terrestres, existen mamíferos exclusivamente acuáticos y otros anfibios, e incluso aquéllos que pasan su vida bajo el suelo excavando galerías en la arena. Los estilos de locomoción también son diversos por tanto: unos nadan, otros vuelan, corren, saltan, trepan, reptan o planean.
También el comportamiento social es muy diferente entre las especies, los hay solitarios, los que viven en pareja, o en pequeños grupos familiares, en colonias medianas e incluso grandes manadas de millares de individuos.
Por otra parte, muestran su actividad en distintos momentos del día: diurnos, nocturnos, crepusculares, vespertinos e incluso aquéllos como el yapok (Chironectes minimus) que parecen no mostrar ritmo circadiano.

Papel ecológico [editar]
Intentar resumir el papel ecológico que juegan las alrededor de 5.000 especies de mamíferos resulta tan difícil como hacerlo con respecto a todos los seres vivos y su entorno, puesto que dada la diversidad de ecosistemas colonizados, comportamientos biológicos y sociales así como anatomía y adaptaciones morfológicas de todos ellos, da lugar a una variabilidad desconocida en cualquier otro grupo animal o vegetal sobre el planeta, a pesar de ser el grupo menos numeroso en cuanto a diversidad.
Por otra parte los altos requerimientos energéticos debidos a la necesidad de mantener constante la temperatura de su cuerpo condicionan notablemente las repercusiones que tienen las interacciones de estos animales sobre el entorno.
En general los depredadores suponen un gran impacto sobre las poblaciones de sus presas que en alto número son otras especies mamíferas, mientras que precisamente éstas pueden suponer en algunos casos la base de la alimentación de muchas otras.
Hay especies que con individuos escasos dan lugar a interacciones ecológicas de gran magnitud como ocurre con los castores y las corrientes de agua que detienen, mientras que otras, lo que supone una intensa presión es el número de ejemplares que llegan a reunirse como es el caso de las grandes manadas de herbívoros de las praderas o sabanas.
Un capítulo aparte supone la interacción ejercida por los humanos sobre todos y cada uno de los ecosistemas, habitados o no por él.

Importancia de la relacion entre el hombre y los demas mamiferos [editar]

Aspectos negativos [editar]
Unas veces con razones evidentes, y otras por temores infundados, son muchas las especies de mamíferos consideradas negativas por los humanos.
Algunas especies de mamíferos se alimentan de grano, fruta y otros productos vegetales, aprovechando los cultivos humanos para obtener el alimento.
Por su parte, los carnívoros pueden suponer en general una amenaza para la vida de los ganados e incluso del hombre.
Otros mamíferos habitan las áreas urbanas y suburbanas ocasionando algunos problemas considerables a la población: accidentes automovilísticos, rotura y deterioro de bienes materiales, plagas infecciosas y parasitarias, etcétera. Hay que apuntar que en este grupo incluimos tanto a los animales salvajes o semisalvajes como a los domésticos.
Canguros en Australia, mapaches en Norteamérica o zorros y jabalíes en la Europa mediterránea ilustran algunos ejemplos de situaciones de peligro real o potencial para las poblaciones, pero además enfermedades como la rabia, la peste bubónica, la tuberculosis, la toxoplasomosis o la leishmaniosis están estrechamente vinculadas a otras especies de mamíferos, normalmente en estrecho contacto con los humanos.
Los animales domésticos además, especialmente las especies introducidas en nuevos ecosistemas, han causado y causan auténticas tragedias ecológicas en la flora y fauna local, lo que indirectamente repercute de forma negativa no sólo en los hombres, sino en el resto de las especies vivas del planeta, tanto animales como vegetales. En numerosas islas oceánicas la introducción de animales domésticos como el perro o el gato, la cabra o la oveja ha supuesto la desaparición total o parcial de numerosas especies vivas.
Al igual que sus primitivos ancestros, los mamíferos modernos poseen un solo par de fenestras temporales en el cráneo, a diferencia de los diáp-sidos (dinosaurios, reptiles modernos y aves), que presentan dos pares, y de los anápsidos (tartugas), que no tienen ninguno. Además de esta diferencia esquelética - y de otras menos significativas como la importancia del hueso dentario en la mandíbula inferior y la condición heterodonta o capacidad que tienen los dientes de cumplir distintas funciones -, las características principales de los mamíferos son la presencia de pelo y de glándulas de la piel.

Aspectos positivos [editar]
Los mamíferos suponen un importante recurso económico para los seres humanos.
Muchas especies se han domesticado para obtener de ellas recursos alimenticios: la leche de vacas, búfalas, cabras y ovejas, la carne de estas especies y de otras como el cerdo, el conejo, la capibara y otros roedores e incluso el perro en ciertas regiones del sudeste asiático.
Otras, para servirse de ellas para el transporte o para trabajos que requieren la fuerza u otra cualidad de la que el hombre no dispone: équidos como el asno, el caballo y su híbrido el mulo, camélidos como la llama o el dromedario, bóvidos como el buey o el yak, el elefante asiático o los perros tiradores de trineos son algunos de estos ejemplos.
Sin embargo, antes de alcanzar esta superioridad, es muy posible que los primitivos mamíferos tuvieran que convertirse en animales nocturnos para evitar la competencia con los dinosaurios. Y es probable que, para sobrevivir al frío de la noche, comenzasen a desarrollar la endotermia, es decir, la autorregulación interna de la temperatura corporal - la vulgarmente llamada «sangre caliente» -, gracias a la aparición del pelo y del sebo que lo impermeabiliza (la secreción de las glándulas sebáceas), y al sudor de las glándulas sudoríparas. Una vez adquirida la endotermia, los primeros mamíferos verdaderos mejoraron su capacidad competitiva frente a otros tetrápodos terrestres, porque su metabolismo continuo les permitió hacer frente a los rigores climáticos, tener un crecimiento más rápido y ser más prolíficos. Además de los caracteres esqueléticos y de otros ya mencionados - presencia de pelo y de glándulas cutáneas - que les valieron el predominio sobre la tierra a partir del Paleoceno, los mamíferos presentan otras características menos distintivas.
De otros se obtienen fibras y cueros para la fabricación de vestuario, calzado y otros utensilios: la lana de ovejas, alpacas, llamas y cabras, el cuero de reses sacrificadas para consumo, o el de animales de peletería criados en cautividad para tal fin pueden servirnos como algunos de estos casos.
Otros mamíferos se domestican para ser animales de compañía. El perro es sin duda el más cercano al hombre en la mayor parte del planeta y el más versátil (pastoreo, salvamento, seguridad, caza, espectáculo…). Pero otros como el gato, el hámster, el cobaya, el conejo, el hurón, el colicorto, y algunos primates se cuentan entre las mascotas más extendidas por todo el mundo.
La caza es otra actividad de la que el hombre se beneficia de los mamíferos. Desde el principio de la humanidad hasta nuestros días, la caza ha supuesto y supone aún en algunas sociedades humanas un importante recurso alimenticio.
También se domestican animales para actividades lúdicas o deportivas: la práctica de la equitación supone el aprovechamiento de una de las especies de mamíferos más conocidas y apreciadas por casi todas las culturas y civilizaciones: el caballo (Equus caballus).
Los espectáculos circenses y los parques zoológicos también son dos empresas en las que el hombre se beneficia de los mamíferos y otros animales.
También algunos mamíferos salvajes suponen un beneficio directo para los humanos sin que éstos intervengan para nada. Los murciélagos por ejemplo son el gran aliado contra las plagas de insectos en las cosechas o las áreas pobladas, controlando además por tanto a los vectores de ciertas enfermedades infecciosas y parasitarias que pondrían en serio riesgo la salud de las poblaciones.

Conservación [editar]
En el último medio milenio, más de 80 especies distintas se han extinguido. La sobreexplotación de la tierra, la destrucción del hábitat, la fragmentación de los territorios por los que se distribuyen, la introducción de especies exóticas y otras presiones ejercidas por el hombre amenazan a los mamíferos de todo el mundo.
En la actualidad, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (IUCN) considera que alrededor de 1.000 especies más se encuentran bajo riesgo de desaparecer.
Algunos factores que contribuyen a la extinción de las especies son:
Hay especies que son raras por naturaleza, y su bajo número de ejemplares es un importante factor de riesgo.
También aquéllas que necesitan amplios territorios se ven amenazadas, en este caso por la pérdida de terrenos libres de la actuación humana y la fragmentación de los territorios. El lince ibérico.
Cualquier especie que suponga un riesgo para los humanos o para sus intereses están seriamente amenazadas por el acoso y la persecución a la que se ven sometidas. El tilacino.
Las especies salvajes que son explotadas como recursos alimenticios o económicos por el hombre, normalmente se encuentran en niveles críticos. Ballenas y rinocerontes.
Por supuesto, el cambio climático que modifica el hábitat es un riesgo, no sólo para los mamíferos sino para la totalidad de la vida en el planeta.


Los animales invertebrados forman el grupo más numerosos de animales.
Los invertebrados carecen de columna vertebral y de esqueleto interno articulado.
La mayoría de los invertebrados tienen una protección externa, como si fuera una armadura, como los escarabajos, pero hay invertebrados que no tienen ningún tipo de protección, como los pulpos.
Los invertebrados se clasifican en varios grupos:
Los artrópodos
Los moluscos
Los gusanos
Los equinodermos
Las medusas
Las esponjas
Insecta
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?Insectos
Abeja melífera
Clasificación científica
Reino:
Animalia
Filo:
Arthropoda
Subfilo:
Hexapoda
Clase:
InsectaLinnaeus, 1758
Clados
Archaeognatha
Thysanura
Pterygota
(Ver Taxonomía para una clasificación detallada)
Los insectos (Insecta, en latín, literalmente "cortado en medio")[1] son una clase de animales invertebrados, del filo de los artrópodos, caracterizados por presentar un par de antenas, tres pares de patas y dos pares de alas (que, no obstante, pueden reducirse o faltar). La ciencia que estudia los insectos se denomina entomología.
Los insectos comprenden el grupo de animales más diverso de la Tierra, con unas 950.000 especies descritas,[2] más que todos los otros grupos de animales juntos, y con estimaciones de hasta 30 millones de especies no descritas, con lo que, potencialmente, representarían más del 90% de las formas de vida del planeta.[3] Otros estudios más recientes rebajan la cifra de insectos por descubrir a entre 6 y 10 millones.[4] [5]
Los insectos pueden encontrarse en casi todos los ambientes del planeta, aunque sólo un pequeño número de especies se ha adaptado a la vida en los océanos. Hay aproximadamente 5.000 especies de odonatos (libélulas, caballitos del diablo), 20.000 de ortópteros (saltamontes, grillos), 120.000 de lepidópteros (mariposas y polillas), 120.000 de dípteros (moscas, mosquitos), 82.000 de hemípteros (chinches, pulgones, cigarras), 350.000 de coleópteros (escarabajos, mariquitas), y 110.000 especies de himenópteros (abejas, avispas, hormigas).
Los insectos no sólo son diversos sino también increíblemente abundantes; se estima que hay 200 millones de insectos por cada ser humano. Algunos hormigueros contienen más de 20 millones de individuos; se calcula que hay 1015 hormigas viviendo sobre la Tierra; en la selva amazónica se estima que hay unas 60.000 especies y 3,2 x 108 individuos por hectárea; en un acre (poco más de 4.000 m2) de suelo inglés hay casi 18 millones de coleópteros.[6]
Los artrópodos terrestres como los ciempiés, milpiés, escorpiones y arañas se confunden a menudo con los insectos debido a que tienen estructuras corporales similares, pero son fácilmente diferenciables ya que los insectos presentan tres pares de patas mientras que los escorpiones y arañas tienen cuatro pares y carecen de antenas, y los ciempiés y milpiés tienen muchos pares de patas.
Contenido[ocultar]
1 Anatomía externa
1.1 Exoesqueleto
1.2 Cabeza
1.2.1 Ojos
1.2.2 Antenas
1.2.3 Piezas bucales
1.2.4 Tipos principales de aparatos bucales
1.3 Tórax
1.3.1 Patas
1.3.2 Alas
1.4 Abdomen
2 Anatomía interna
2.1 Aparato digestivo
2.2 Sistema traqueal
2.3 Aparato circulatorio
2.4 Aparato excretor
3 Percepción
4 Reproducción
5 Metamorfosis
6 Ecología
6.1 Alimentación
6.2 Relaciones interespecíficas
6.3 Estrategias defensivas
7 Importancia de los insectos para el ser humano
7.1 Insectos polinizadores
7.2 Plagas de los granos almacenados
7.3 Insectos que transmiten enfermedades
7.4 Plagas para la agricultura
7.5 Plagas de la madera y los bosques
7.6 Insectos como alimento
7.7 Insectos como medicina
8 Récords
9 Los primeros insectos
10 Taxonomía
11 Filogenia
12 Referencias
13 Bibliografía
14 Véase también
15 Enlaces externos
15.1 Sociedades entomológicas de habla hispana
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Anatomía externa [editar]
El cuerpo de los insectos está formado por tres regiones principales (denominadas tagmas): cabeza, tórax y abdomen, uniformemente recubiertas por un exoesqueleto.

Esquema de un coleóptero en vista dorsal para mostrar la morfología externa de un insecto. Referencias: A: Cabeza, B; Tórax, C: Abdomen; 1: antena, 2: mandíbula; 3: Labro; 4: Palpo maxilar; 5: Clípeo, 6: Frente; 7: Vértex; 8: Pronoto; 9: Escutelo; 10 élitro (= primer par de alas); 11: abdomen; 12, 13 y 14: patas (pares anterior, medio y posterior).

Exoesqueleto [editar]
Véase también: Cutícula (artrópodos)
El exoesqueleto es el esqueleto externo que recubre todo el cuerpo de los insectos y demás artrópodos; también se le conoce como ectoesqueleto o integumento. En insectos está formado por una sucesión de capas; de adentro hacia afuera éstas son: la membrana basal, la epidermis o hipodermis y la cutícula. La única capa celular es la epidermis; el resto es no celular, compuesto por algunas de las siguientes sustancias: quitina, artropodina, esclerotina, cera y melanina. El componente rígido es la esclerotina: cumple varios papeles funcionales que incluyen la protección mecánica del insecto y el apoyo de los músculos esqueléticos, a través del llamado endoesqueleto. En los terrestres el exoesqueleto también actúa como una barrera para evitar la desecación o pérdida del agua interna. El exoesqueleto apareció por primera vez en el registro fósil hace unos 550 millones de años y su evolución ha sido crítica para la radiación adaptativa y la conquista de casi todos los nichos ecológicos del planeta que los artrópodos han venido realizando desde el Cámbrico.

Cabeza [editar]
La cabeza es la región anterior del cuerpo, en forma de cápsula, que contiene los ojos, antenas y piezas bucales. La forma de la cabeza varía considerablemente entre los insectos para dar espacio a los órganos sensoriales y a las piezas bucales. La parte externa endurecida o esclerosada de la cabeza se llama cráneo.
La cabeza de los insectos está subdividida por suturas en un número de escleritos más o menos diferenciados que varían entre los diferentes grupos. Típicamente hay una sutura en forma de "Y" invertida, extendiéndose a lo largo de la parte dorsal y anterior de la cabeza, bifurcándose por encima del ocelo para formar dos suturas divergentes, las cuales se extienden hacia abajo en los lados anteriores de la cabeza. La parte dorsal de esta sutura (la base de la Y) es llamada sutura coronal y las dos ramas anteriores suturas frontales. Por otra parte, la cabeza de los insectos está constituida de una región preoral y de una región postoral. La región preoral contiene los ojos compuestos, ocelos, antenas y áreas faciales, incluido el labio superior, y la parte postoral contiene las mandíbulas, las maxilas y los labios.

Ojos [editar]

Ojos compuestos de un odonato.
La mayoría de los insectos tienen un par de ojos compuestos relativamente grandes, localizados dorso-lateralmente en la cabeza. La superficie de cada ojo compuesto está dividida en un cierto numero de áreas circulares o hexagonales llamadas facetas u ommatidios; cada faceta es una lente de una única unidad visual. En adición a los ojos compuestos, la mayoría de los insectos posee tres ojos simples u ocelos localizados en la parte superior de la cabeza, entre los ojos compuestos.

Antenas [editar]
Artículo principal: Antena (anatomía)
Son apéndices móviles multiarticulados. Se presentan en número par en los insectos adultos y la mayoría de las larvas. Están formadas por un número variable de artejos denominados antenómeros o antenitas. El cometido de las antenas es eminentemente sensorial, desempeñando varias funciones. La función táctil es la principal, gracias a los pelos táctiles que recubren casi todos los antenómeros; también desempeñan una función olfativa, proporcionada por áreas olfativas en forma de placas cribadas de poros microscópicos distribuidas sobre la superficie de algunos antenómeros terminales. También poseen una función auditiva y a veces una función prensora durante la cópula, al sujetar a la hembra. Están formadas por tres partes, siendo las dos primeras únicas y uniarticuladas y la tercera comprende un número variable de antenómeros y se denominan respectivamente: escapo, pedicelo y flagelo o funículo.

Piezas bucales [editar]
Artículo principal: Piezas bucales
Son piezas móviles que se articulan en la parte inferior de la cabeza, destinadas a la alimentación; trituran, roen o mastican los alimentos sólidos o duros y absorben líquidos o semilíquidos. Las piezas bucales son las siguientes:
Labro (labio superior o labio simple). Es un esclerito impar de forma variable con movimientos para arriba y para abajo; es el techo de la boca y se articula con el clípeo. En su parte ventral o interna está localiza la epifaringe, que no es una pieza libre, está levemente esclerosada; su función es gustativa.
Mandíbulas. Son dos piezas simples, dispuestas lateralmente bajo el labio superior, articuladas, resistentes y esclerosadas. Su función es masticar, triturar o lacerar los alimentos. En algunos adultos pueden faltar siendo totalmente ausentes o vestigiales en la totalidad de los lepidópteros y efemerópteros.
Maxilas. En número de dos, están situadas detrás de las mandíbulas. Articuladas en la parte lateral inferior a la cabeza, son piezas auxiliares durante la alimentación. La hipofaringe es una estructura saliente, localizada sobre el mentón con función gustativa. Se asemeja a la lengua. Las maxilas poseen un palpo maxilar cada una.
Labio (labium). Estructura impar resultado de la fusión de dos apéndices situada bajo las maxilas y que representa el suelo de la boca; presenta dos pequeños palpos labiales.

Anatomía de un Insecto. A.- Cabeza; B.- Tórax; C.- Abdomen; 1.- Antena; 2.- Ocelo inferior; 3.- Ocelo superior; 4.- Ojo compuesto; 5.- Cerebro; 6.- Protórax; 7.- Arteria dorsal (aorta); 8.- Tráqueas; 9.- Mesotórax; 10.- Metatórax; 11.- Alas anteriores; 12.- Alas posteriores; 13.- Estómago; 14.- Corazón; 15.- Ovarios; 16.- Intestino; 17.- Ano; 18.- Vagina; 19.- Cadena ganglionar ventral; 20.- Tubos de Malpighi; 21.- Tarsómero; 22.- Uña; 23.- Tarso; 24.- Tibia; 25.- Fémur; 26.- Trocánter; 27.- Buche; 28.- Ganglio torácico; 29.- Coxas; 30.- Glándula salival; 31.- Collar periesofágico; 32.- Piezas bucales; de izquierda a derecha: labro, mandíbulas, maxilas y labio.

Tipos principales de aparatos bucales [editar]
El aparato bucal de los insectos se ha ido modificando en varios grupos para adaptarse a la ingestión de diferentes tipos de alimentos y por diferentes métodos. Aquí se citan los tipos más diferenciados e interesantes, escogidos para ilustrar las diversas formas adoptadas por partes homólogas, y los diferentes usos a que pueden ser aplicadas. Existen muchos otros tipos, gran cantidad de los cuales representan estados intermedios entre algunos de los aquí citados.
Tipo masticador. En este tipo de aparato bucal los apéndices son esencialmente las mandíbulas, las maxilas y el labio. Las mandíbulas cortan y trituran los alimentos sólidos y las maxilas y el labio los empujan hacia el esófago. El aparato bucal de tipo masticador es el más generalizado entre los insectos y, a partir del mismo, se han desarrollado los otros tipos (ver figura abajo a la derecha). Este punto de vista se sustenta en dos clases de pruebas importantes. En primer lugar, este aparato bucal es el más semejante en su estructura al de los miriápodos que son los parientes más cercanos de los insectos. En segundo lugar, el aparato bucal masticador se encuentra en casi todos los órdenes de insectos como los ortópteros, los coleópteros y las larvas de lepidópteros.

Radiación adaptativa de las piezas bucales de los insectos. A: tipo masticador, B: tipo cortador-chupador, C: en espiritrompa, D: tipo picador-suctor.lr (rojo): labro, md (verde): mandíbulas, mx (amarillo): maxilas, lb (azul): labio.
Tipo cortador-chupador. Este tipo de aparato bucal se encuentra en los tábanos (Diptera Tabanidae) y algunos otros dípteros, las mandíbulas se presentan en forma de hojas afiladas y las maxilas en forma de largos estiletes sonda. Ambas cortan y desgarran el tegumento de los mamíferos, haciendo fluir la sangre de la herida. Esta sangre es recogida por la protuberancia esponjosa del labio y conducida al extremo de la hipofaringe. La hipo y la epifaringe se ajustan para formar un tubo a través del cual la sangre es aspirada hacia el esófago.
Tipo chupador. Un gran número de moscas no picadoras, entre ellas la mosca doméstica, tienen este tipo de aparato bucal adaptado sólo para la ingestión de alimentos líquidos o fácilmente solubles en saliva. Este tipo es el más similar al cortador chupador, pero las mandíbulas y las maxilas no son funcionales, y las partes restantes forman una probóscide con un ápice en forma de esponja (denominado labelo). Esta se introduce en los alimentos líquidos que son conducidos hacia el canal alimenticio por diminutos canales capilares existentes en la superficie del labelo. El canal alimenticio también está formado por la trabazón alargada de la hipo y epifaringe que forman un tubo hacia el esófago. Las moscas y otros insectos con este tipo de aparato bucal pueden ingerir también alimentos sólidos como el azúcar. Para ello, arrojan sobre el alimento una gota de saliva, que lo disuelve, y luego la solución es succionada hacia la boca.
Tipo masticador-lamedor. Este tipo de aparato bucal, adaptado a la absorción de líquidos, se encuentra en las abejas y avispas, ejemplificado por la abeja común. Las mandíbulas y el labro son de tipo masticador y las emplean para sujetar las presas y para amasar la cera u otros tipos de materiales con que construyen sus nidos. Las maxilas y el labio forman una serie de estructuras deprimidas y alargadas de las cuales una de ellas forma un órgano extensible acanalado. Este último se emplea como una sonda para llegar a los profundos nectarios de las flores. Las otras lengüetas de las maxilas y el labio forman una serie de canales por los que desciende la saliva y asciende el alimento.
Tipo picador-chupador. El aparato bucal de muchos grupos de insectos está modificado para taladrar tejidos y chupar jugos. Entre ellos los hemípteros (pulgones, chinches, cochinillas, chicharritas), predadores de muchas clases, piojos y pulgas que chupan la sangre de mamíferos y aves. En este tipo de aparato bucal, el labro, las mandíbulas y las maxilas son delgados y largos, y se reúnen para formar una delicada aguja hueca. El labio forma una vaina robusta que mantiene rígida esta aguja. La totalidad del órgano se llama pico. Para alimentarse, el insecto aprieta la totalidad del pico contra el hospedador, inserta de esta forma la aguja en el interior de los tejidos del mismo y chupa sus jugos a través de la aguja hasta el interior del esófago.
Tipo tubo de sifón. Los lepidópteros adultos se alimentan de néctar y otros alimentos líquidos. Éstos son succionados por medio de una larga probóscide (espiritrompa) compuesta solamente por un tubo que desemboca en el esófago.

Tórax [editar]
El tórax es la región media del cuerpo y contiene las patas y las alas (en algunos insectos adultos no hay alas y en muchos insectos inmaduros y en algunos adultos no hay patas). El tórax está compuesto de tres segmentos, protórax, mesotórax, y metatórax, cada segmento torácico tiene típicamente un par de patas y meso y metatórax un par de las alas cada uno (cuando están presentes); cuando hay un solo par de alas, están situadas en el mesotórax, excepto en los estrepsípteros que solo conservan las alas metatorácicas; el protórax nunca tiene alas.
El tórax está unido a la cabeza por una región del cuello, membranosa, el cerviz. Hay generalmente uno o dos escleritos pequeños en cada lado del cuello, los cuales ligan la cabeza con el protórax.
Cada segmento torácico está compuesto de cuatro grupos de escleritos. El noto dorsalmente, las pleuras lateralmente y el esternón ventralmente. Cualquier esclerito torácico puede ser localizado en un segmento particular por el uso de prefijos apropiados: pro-, meso- y meta-. Por ejemplo, el noto del protórax es llamado pronoto.
Los notos del mesotórax y metatórax están frecuentemente subdivididos por suturas en dos o más escleritos cada uno. La pleura es un segmento portador de alas, forma un proceso alar-pleural que sirve como sostén para el movimiento del ala.
En cada lado del tórax hay dos aberturas en forma de hendiduras, una entre el protórax y el mesotórax y la otra entre el meso y el metatórax. Estas son los estigmas, o sea las aberturas externas del sistema traqueal.

Patas [editar]

Pata de un insecto1: Coxa; 2: Trocánter; 3: Fémur; 4: Tibia; 5: Tarso (5a-e: tarsómeros); 6: Uña.
Consisten típicamente en los segmentos siguientes:
Coxa, segmento basal
Trocánter, segmento pequeño, (raramente dos segmentos), siguiendo a la coxa
Fémur, primer segmento largo de la pata
Tibia, es el segmento largo de la pata
Tarsos, una serie de pequeños segmentos (tarsómeros) después de la tibia. El número de segmentos tarsales en los insectos diferentes varía de uno a cinco. El último segmento tarsal generalmente contiene un par de garras o uñas y frecuentemente uno o más estructuras en formas de almohada, entre o en la base de las uñas. Una almohada o lóbulo entre las uñas es generalmente llamada apolium y almohadas localizadas en la base de las uñas son llamadas pulvillos.

Alas [editar]

Anatomía del movimiento alar; a: alas; b: articulaciones de las alas; c: músculos transversales; d: músculos longitudinales.
Las alas de los insectos son evaginaciones de la pared del cuerpo localizadas dorso-lateralmente entre los notos y las pleuras. La base del ala es membranosa, esto hace posible el movimiento del ala.
Las alas de los insectos varían en número, tamaño, forma, textura, nerviación, y en la posición en que son mantenidas en reposo. La mayoría de los insectos adultos tienen dos pares de alas, situadas en el meso y metatórax; algunos, como los dípteros, tienen un solo par (siempre situado en el mesotórax salvo en estrepsípteros que las poseen en el metatórax) y algunos no poseen alas (por ejemplo, formas ápteras de los pulgones, hormigas obreras, pulgas, etc.).
En la mayoría de los insectos las alas son membranosas y pueden contener pequeños pelos o escamas; en algunos insectos las alas anteriores son engrosadas, coriáceas o duras y en forma de vaina, esa estructura es conocida como élitro (en los coleópteros). Las chinches tienen el primer par de alas engrosado en su base; a este tipo de alas se les llama hemiélitros. Las langostas, grillos, cucarachas, entre otros insectos primitivos tienen el primer par de alas angosto y con la consistencia de un pergamino; éstas reciben el nombre de tegminas. Las alas membranosas de los insectos son usadas para volar, aquellas endurecidas como es el caso de los élitros, hemiélitros, tegminas, cuando plegadas sirven de protección al segundo par de alas que es delicado por ser membranoso y también al abdomen. Las alas son también importantes para producir ciertos sonidos, para dispersar olores y, por su diseño, tienen importancia en el camuflaje y el mimetismo.
La mayoría de los insectos son capaces de doblar las alas sobre el abdomen cuando están en reposo, pero los grupos más primitivos, como libélulas y efímeras, no pueden hacerlo y mantienen las alas extendidas para afuera, o reunidas encima del cuerpo.
Algunos insectos como grillos y langostas machos, son capaces de producir un sonido característico con las alas producido friccionando las dos alas anteriores entre sí, o las alas anteriores con las patas posteriores.
Muchos insectos como las moscas y abejas, mueven las alas tan rápidamente que se produce un zumbido. El zumbido, por su frecuencia sonora, es un caracter específico y en insectos como los mosquitos o zancudos hembras, es un elemento usado por las hembras para atraer a los machos que vuelan en un enjambre.
Los insectos son los únicos invertebrados capaces de volar. En el Carbonífero, algunas Meganeura (un grupo relacionado con las libélulas actuales) tenían una envergadura de 75 cm.; la aparición de insectos gigantes parece tener una relación directa con el contenido de oxígeno de la atmósfera, que en aquella época era del 35%, comparado con el 21% actual; el sistema traqueal de los insectos limita su tamaño, de modo que elevadas concentraciones de oxígeno permitieron tamaños mayores.[7] Los mayores insectos voladores actuales, como algunas mariposas nocturnas (Attacus atlas, Thysania agrippina) son mucho menores.
Además del vuelo activo, muchos pequeños insectos son también dispersados por el viento. Éste es el caso de los pulgones que a menudo son transportados largas distancias por las corrientes de aire.[8]

Abdomen [editar]
Artículo principal: Abdomen (artrópodos)
El abdomen de los insectos posee típicamente 11 segmentos, pero el último está muy reducido, de modo que el número de segmentos raramente parece ser más de 10. Los segmentos genitales pueden contener estructuras asociadas con las aberturas externas de los conductos genitales; en el macho estas estructuras se relacionan con la cópula y la transferencia de esperma a la hembra; y en las hembras están relacionados con la oviposición.
En el extremo del abdomen puede haber apéndices, los cuales surgen del segmento 10 y son los cercos, que son de valor taxonómico.

Anatomía interna [editar]

Aparato digestivo [editar]
Artículo principal: Aparato digestivo (Insectos)
El aparato digestivo de los insectos es un tubo, generalmente algo enrollado que se extiende desde la boca al ano. Se divide en tres regiones: el estomodeo, el mesenterón y el proctodeo. Algunas porciones están ensanchadas, sirviendo de almacenaje, por ejemplo el buche. Separando estas regiones hay válvulas y esfínteres que regulan el paso del alimento de una a otra. Hay también una serie de glándulas que desembocan en el tubo digestivo y que ayudan a la digestión.

Sistema traqueal [editar]
Artículo principal: Sistema traqueal
El aparato respiratorio de los insectos está compuesto por tráqueas, una serie de tubos vacíos muy ramificados que en su conjunto forman en sistema traqueal; los gases respiratorios circulan a través de él. Las tráqueas se abren al exterior a través de los estigmas o espiráculos, en principio un par en cada segmento corporal; luego van reduciendo progresivamente su diámetro hasta convertirse en traqueolas que penetran en los tejidos y aportan oxígeno a las células. En la respiración traqueal el transporte de gases respiratorios es totalmente independiente del aparato circulatorio por lo que, a diferencia de los vertebrados, el fluido circulatorio (hemolinfa) no almacena oxígeno.

Aparato circulatorio [editar]
Como en los demás artrópodos, la circulación es abierta y lagunar, y en los insectos está simplificada. El líquido circulatorio es la hemolinfa que llena la cavidad general del cuerpo que por esta razón se denomina hemocele que está subdividida en tres senos (pericárdico, perivisceral y perineural). El corazón se sitúa en posición dorsal en el abdomen dentro del seno pericárdico; tiene una válvula en cada metámero que delimita varios compartimentos o ventrículos, cada uno de ellos con un par de orificios u ostiolos por los que penetra la hemolinfa cuando el corazón se dilata (diástole). El corazón se prolonga hacia adelante en la arteria aorta por la que sale la hemolinfa cuando el corazón se contrae (sístole); suele ramificarse para distribuir la hemolinfa a la región cefálica. Pueden existir órganos pulsátiles accesorios en diferentes partes del cuerpo, que actúan como corazones accesorios que aseguran la llegada de la hemolinfa a los puntos más distales (antenas, patas).

Aparato excretor [editar]
El aparato excretor de los insectos está constituido por los tubos de Malpighi. Son tubos ciegos que flotan en el hemocele, de donde captan los productos residuales y desembocan en la parte final del tubo digestivo donde son evacuados y eliminados con las heces. Son capaces de reabsorber agua y electrolitos, con lo que juegan un importante papel en el equilibrio hídrico y osmótico. Su número oscila entre cuatro a más de cien. Los insectos son uricotélicos, es decir, excretan principalmente ácido úrico. Excepcionalmente, los tubos de Malpighi se modifican en glándulas productoras de seda u órganos productores de luz.
Algunos insectos poseen órganos excretores adicionales e independientes del tubo digestivo, como las glándulas labiales o maxilares, y los riñones de acumulación (cuerpos pericárdicos, nefrocitos dispersos por el hemocele, oenocitos epidérmicos y células del urato).

Percepción [editar]
Muchos insectos poseen órganos muy refinados de percepción; en algunos casos sus sentidos pueden percibir cosas fuera del rango de percepción de los sentidos de los humanos. Por ejemplo, las abejas pueden ver en el espectro ultravioleta y captar los patrones de polarización de la luz, y las polillas macho tienen un sentido especializado del olfato que los ayuda a detectar las feromonas de las hembras a muchos kilómetros de distancia; las hormigas pueden seguir en la oscuridad los rastros olorosos dejadas por sus compañeras.
Debido al pequeño tamaño y la simplicidad de su sistema nervioso, el procesamiento que puedan hacer de las percepciones es muy limitado. Por ejemplo, en general se acepta que la visión de los insectos ofrece muy baja resolución de los detalles, especialmente a grandes distancias.
Por otra parte son capaces de dar respuestas sorprendentemente rápidas ante estímulos específicos. Por ejemplo, el reflejo de correr de las cucarachas al percibir en sus cercos posteriores cualquier movimiento de aire que delata la presencia de un peligro a su alrededor, o el reflejo de las moscas y libélulas durante el vuelo de esquivar obstáculos a alta velocidad.

Reproducción [editar]

Plecópteros apareándose.

Ooteca de Mantodea.
La mayoría de las especies de insectos tienen sexos separados, morfológicamente diferenciados entre sí, y deben aparearse para reproducirse. No obstante, además de este tipo de reproducción sexual, existen especies que pueden reproducirse sin aparearse e, incluso, éste puede ser el proceso típico de reproducción en varias de ellas. Estas especies se denominan partenogenéticas y su tipo de reproducción es eminentemente asexual. Este mecanismo de reproducción está bastante distribuida en la mayoría de los órdenes de apterigotos. Aunque todavía mucho menos frecuente, existen especies de insectos que son hermafroditas, es decir, llevan los dos sexos funcionales en el mismo individuo (como por ejemplo Icerya purchasi y Perla marginata).
Un buen ejemplo de especie partenogenética es el insecto palo (Dixppus morosus). Los machos en esta especie son sumamente escasos y las hembras comienzan a poner huevos no fertilizados en cuanto maduran. Estos huevos se desarrollan y abren con normalidad, dando origen a nuevas hembras. De este modo una generación de hembras, genéticamente idéntica a la anterior, sucede a otra ininterrumpidamente. Este tipo de partenogénesis, en la cual los óvulos se producen sin reducción del número cromosómico (sin meiosis) y las hembras dan origen a más hembras, se denomina partenogénesis telitóquica y es el mecanismo usual de reproducción entre los áfidos.
De un modo algo diferente, una abeja reina (Apis mellifera) puede poner huevos fertilizados (diploides) de los que surgen hembras, y huevos sin fecundar (haploides) de los que surgirán machos (los zánganos). En este caso, en el que la partenogénesis se produce a partir de óvulos que han surgido por meiosis por lo que hay reducción del número cromosómico, la partenogénesis se denomina arrenotóquica. Este sistema de determinación de sexo en el que las hembras son diploides y los machos son haploides se denomina haplodiploidía. El mismo combina la reproducción sexual y asexual de un modo adaptativo y se halla bastante distribuido entre los himenópteros.
La mayoría de las especies de insectos ponen huevos (son ovíparas). No obstante, hay casos en los que las hembras paren a sus crías, como por ejemplo en los áfidos. Los ejemplos de viviparidad, si bien escasos, son también muy diversos. En algunos casos el huevo se abre inmediatamente antes de ser puesto; en otros, como en la mosca tse-tse, se desarrolla dentro del cuerpo de la madre y la cría no nace sino hasta el estado de pupa. En algunos insectos parásitos (Strepsiptera, himenópteros parásitos) un solo huevo puesto del modo acostumbrado se divide repetidamente hasta alcanzar una progenie de hasta 2.000 individuos, de igual genotipo y sexo, fenómeno conocido como poliembrionía. Las larvas poliembriónicas son a menudo caníbales, por lo que se logran establecer pocos adultos.
Un método muy singular de reproducción es el proceso conocido como paidogénesis. Las larvas de Miaster motralus, por ejemplo, pueden reproducirse por si mismas a partir de huevos no fertilizados existentes en el interior de una gran larva viva. Las nuevas larvas crecen como parásitos en el cuerpo de su semejante y cuando se hallan maduras para emerger, la larva original muere. Las crías repiten el proceso, de modo que el número de larvas continua incrementando, hasta que se transforman en insectos adultos.[9] [10]
Los huevos pueden ser colocados solitarios o en grupos, a veces dentro de una estructura protectora llamada ooteca. La forma y el tamaño de los huevos son tan variados como los insectos que los ponen. Los huevos de las mariposas, por ejemplo, suelen presentar intrincados dibujos, con una superficie cubierta de numerosos realces y nerviaciones. Muchos insectos ponen sus huevos en las raíces, o en los brotes y tejidos tiernos de las plantas, o dentro de los granos de los cereales e incluso, dentro de otros animales. El lugar donde los insectos deponen los huevos, si bien variado, no es de ningún modo aleatorio. El objetivo de escoger cuidadosamente el lugar de la puesta es siempre el mismo: poner los huevos en el lugar dónde las larvas recién nacidas esten rodeadas de alimento.
En la mayoría de los insectos la vida reproductiva de una hembra es muy breve y todos los huevos producidos son puestos en rápida sucesión en un lapso muy corto de tiempo. No obstante, en algunas otras especies, especialmente en los denominados insectos sociales como abejas, hormigas y termitas, la vida reproductora de una hembra dura hasta tres años. Se calcula que la reina de las termitas, por ejemplo, pone un huevo cada dos segundos, día y noche, durante un período de 10 años. Como en la comunidad es el único adulto procreador, la población del termitero decrecería rápidamente sin ese ritmo de fertilidad.[9]

Metamorfosis [editar]

Diferentes estadios del desarrollo postembrionario de un himenóptero
La metamorfosis es un proceso de desarrollo postembrionario mediante el cual los insectos alcanzan su fase adulta (imago), durante la cual llegan a la madurez sexual y en los pterigotos se desarrollan las alas. De acuerdo al tipo de metamorfosis que experimentan los insectos se clasifican en:
Ametábolos: los juveniles no se diferencian de los adultos salvo por la madurez sexual y el tamaño.
Hemimetábolos: metamorfosis gradual en la cual las tecas alares y los órganos sexuales se van desarrollando poco a poco, si bien las diferentes fases juveniles son semejantes entre sí y el adulto, los cambios en la última muda son más marcados (e.g. aparición de alas); los juveniles se llaman ninfa y no existe estadio de pupa.
Holometábolos: metamorfosis completa (huevo, larva, pupa e imago), en la cual los tejidos del adulto se originan a partir de grupos especiales de células llamadas discos imaginales, durante una fase del ciclo de vida conocida como pupa.

Ecología [editar]

Alimentación [editar]

Las larvas de los lepidópteros consumen grandes cantidades de hojas. En la imagen se observa a la larva de Macrothylacia rubi devorando una hoja.
El régimen alimenticio de los insectos es sumamente variado. A grandes rasgos pueden diferenciarse los siguientes:
Fitófagos. Se alimentan de todo tipo de productos vegetales y muchas veces causan plagas en los cultivos; destacan los comedores de hojas (filófagos, como muchas orugas de lepidópteros, ortópteros y coleópteros crisomélidos) y madera donde excavan galerías (xilófagos, corticícolas, lignícolas, como las carcomas); también los hay granívoros (comen grano y otras semillas, como los brúquidos) o carpófilos que comen polen y néctar y poseen piezas bucales especializadas para tal fin (himenópteros, lepidópteros). Otros comen frutos (larvas de lepidópteros, dípteros y coleópteros) o raíces (rizófagos), y muchos hemípteros se alimentan de la savia, para lo que disponen de un aparato bucal en forma de estilete que perfora los tejidos vegetales. Diversas especies de dípteros y coleópteros son micetófagos y viven sobre hongos, alimentándose de sus hifas y esporas.

Carabus auratus devorando una lombriz.
Zoófagos. Los carnívoros pueden alimentarse de presas vivas que ellos mismos capturan (depredadores, como los odonatos o los coleópteros carábidos) o bien de sus fluidos, como la sangre (hematófagos, como dípteros, hemípteros). En esta categoría debe también contemplarse los parásitos, tanto ectoparásitos, que se alimentan desde el exterior (pulgas, chinches), como los endoparásitos, que penetran en el interior de sus hospedadores (estrepsípteros, algunos himenópteros). Cabe destacar también algunas especies con regímenes particulares, como Aethina tumida, pequeño escarabajo que se alimentan de cera y produce graves destrozos en las colmenas (aethinosis), los coleópteros derméstidos que comen queratina (plumas, pelo, lana, cuernos) o las larvas de lepidópteros que devoran telas.

Escarabajo pelotero.
Omnívoros. Tienen un régimen alimentario variado, tomando todo tipo de productos vegetales y animales.
Saprófagos o descomponedores. Se alimentan de materia orgánica, animal o vegetal, en descomposición. Entre ellos destacan los necrófagos, que descomponen cadáveres, los saproxilófagos que comen madera en descomposición, y los coprófagos que reciclan los excrementos.

Relaciones interespecíficas [editar]

Hormiga cuidando de sus pulgones.
Los insectos establecen relaciones muy diversas con otros organismos, que actúan como hospedadores, para conseguir un beneficio. Dependiendo del tipo de relación, pueden distinguirse varios niveles de asociación, aunque muchas veces el límite entre ellos es difícil de establecer.
Los insectos comensales aprovechan el alimento sobrante o las descamaciones, mudas, excrementos, etc.; de su hospedador, al que no perjudican. Los hormigueros y termiteros alojan muchos insectos comensales, donde en general se alimentan de la comida almacenada; se denominan, respectivamente, mirmecófilos y termitófilos. Los insectos foleófilos viven en madrigueras de mamíferos y los nidícolas en nidos de aves, siendo a veces difícil de precisar si se trata de comensales o de parásitos.
El mutualismo, en que dos especies obtienen beneficio mutuo de su relación, está también presente entre los insectos; muchas hormigas apacientan pulgones, a los que defienden de otros insectos y obtiene a cambio un líquido azucarado que los pulgones segregan. Algunas hormigas y termitas crían hongos en sus nidos, de los que se alimentan; los hongos encuentran un ambiente estable y protegido para su desarrollo. La polinización puede también considerarse como mutualismo entre insectos y vegetales.
Muchos insectos poseen protozoos, bacterias y hongos simbiontes en el tubo digestivo, tubos de Malpighi, gónadas, hemocele, etc.; los simbiontes les facilitan la digestión de la celulosa o de la sangre y les proporcionan nutrientes esenciales para su desarrollo, hasta el punto que no pueden vivir sin ellos.

Una ladilla, ectoparásito de los humanos.
El parasitismo está también muy extendido entre los insectos; en este caso, el hospedador sale perjudicado por el parásito, que puede considerarse como un depredador muy especializado. Los ectoparásitos viven fuera del hospedador y generalmente son hematófagos (se alimentan de sangre) o dermatófagos (se alimentan de la piel); hay grupos enteros de insectos que son ectoparásitos (pulgas, piojos, chinches); cabe destacar también los parásitos sociales, en que especies de himenópteros sociales no tienen obreras y se hacen adoptar por otras especies coloniales o reclutan esclavos entre las obreras de otras especies (hormigas esclavistas). Los endoparásitos viven dentro del cuerpo de sus hospedadores donde se alimentan de sus órganos o líquidos internos; es un fenómeno corriente entre las larvas de ciertos dípteros, coleópteros y estrepsípteros y de muchos himenópteros. El hiperparasitismo se da cuando un insecto parasita a otro insecto que a su vez es parásito. Estas relaciones tienen gran importancia en la regulación de las poblaciones de insectos y se utilizan en el control biológico de plagas.

Estrategias defensivas [editar]

Un insecto hoja (Phasmatodea).
La reacción más común frente a un peligro es la huida. Algunos insectos se defienden produciendo secreciones repugnatorias (malolientes, irritantes, etc., como muchos coleópteros y ortópteros), mediante actitudes intimidatorias (como las mantis que levantan sus patas delanteras y muestran sus alas posteriores de colores llamativos) o inmovilización refleja. Otros inoculan substancias tóxicas mediante sus piezas bucales (hemípteros) u ovipositores modificados para tal fin (himenópteros). Algunas larvas de lepidópteros poseen pelos urticantes que se clavan en la boca de sus enemigos. Algunos lepidópteros, ortópteros y coleópteros acumulan en sus tejidos sustancias tóxicas, generalmente procedentes de su alimentación.[11]

¿Avispa o mosca? Un Syrphidae (díptero inofensivo) que parece una avispa
Muchos insectos tóxicos o picadores poseen coloraciones vistosas y llamativas que advierten a sus depredadores potenciales de su peligrosidad; este fenómeno es conocido como aposematismo, y es una estrategia que maximiza la efectividad de los mecanismos defensivos, ya que muchos animales aprenden que tal combinación de color les produjo una experiencia desagradable y tienden a evitar repetirla. A este respecto, cabe destacar que muchos insectos inofensivos se parecen en forma, color o comportamiento a insectos peligrosos, con lo que engañan a sus depredadores, que los evitan (por ejemplo, dípteros, lepidópteros y coleópteros que parecen avispas); este fenómeno se denomina mimetismo mülleriano y está muy extendido entre los insectos.
Los insectos son los maestros indiscutibles de la cripsis, adaptación que consiste pasar inadvertido a los sentidos de otros animales. Son extraordinarias las morfologías que imitan objetos del entorno, como en los Phasmatodea (insecto palo e insecto hoja) y algunos ortópteros y lepidópteros que se asemejan también a hojas. Muchos insectos imitan los colores de su entorno (homocromía), lo que se acompaña con frecuencia de una inmovilización refleja ante situaciones de peligro.

Importancia de los insectos para el ser humano [editar]

Un himenóptero cargado de polen.

Anopheles stephensi chupando sangre.

Larvas de escarabajo de la patata devorando una hoja.

Madera dañada por un escolítido.
Los insectos constituyen una de las clases de animales que más interrelacionados se hallan con las actividades humanas. Desde los insectos útiles que nos proveen miel o seda hasta los insectos que son venenosos o transmisores de enfermedades mortales, existe un sinnúmero de especies que se hallan directa o indirectamente asociadas al ser humano.[9]

Insectos polinizadores [editar]
Desde hace millones de años que las plantas con flor y los insectos han iniciado una asociación sumamente estrecha que ha determinado un mecanismo de coevolución muy singular. Las plantas, por su condición de organismos sésiles, necesitan que sus gametos masculinos (los granos de polen) sean transportados de una planta a otra para que pueda ocurrir la polinización y, por ende, la generación de nuevos descendientes. En muchísimas especies de plantas (las que se denominan entomófilas, o "amantes de los insectos") pertenecientes a muy diversas familias este transporte está a cargo de diversas especies de insectos. La planta necesita atraer a los insectos a sus flores para que éstos se cubran de granos de polen, los que mas tarde serán transportados a otras plantas. Para atraerlos hacen uso de una cantidad de mecanismos, entre ellos la forma de la corola, el color de los pétalos o tépalos y la fragancia de sus flores, si bien el más importante de todos ellos es el alimento que pueden proveerles: el néctar, utilizado como "recompensa" por su función. La extrema diversidad de tipos, colores y aromas de flores que pueden apreciarse en las angiospermas se debe, justamente, a la necesidad de atraer diferentes especies de insectos polinizadores. La función de polinización de los insectos se utiliza en agricultura ya que permite la producción de muchos cultivos, entre ellos el girasol, muchas especies hortícolas y frutales.

Plagas de los granos almacenados [editar]
Las hembras de muchas especies de insectos (como por ejemplo los gorgojos) perforan los granos de cereales (trigo, maíz, arroz, cebada, entre otros) y leguminosas (garbanzos, poroto, por ejemplo) para depositar en ellos sus huevos. Luego de un período de incubación de algunos días, nacen las larvas que inmediatamente comienzan a alimentarse del endosperma y del embrión de las semillas, causando cuantiosas pérdidas económicas.[12]

Insectos que transmiten enfermedades [editar]
Muchas especies de insectos hematófagos (esto es, que se alimentan de sangre) son vectores de enfermedades infecciosas graves para el ser humano, tales como el paludismo (transmitida por los mosquitos del género Anopheles), la enfermedad de Chagas (transmitida por la vinchuca), la enfermedad del sueño o tripanosomiasis africana (cuyo vector es la mosca tse-tse), la fiebre amarilla y el dengue (el mosquito Stegomyia aegypti), tifus (transmitido por las piojos, pulgas y garrapatas), peste bubónica (pulgas de las ratas), leishmaniosis (mosquitos Phlebotomus), filariosis y elefantiasis (mosquitos Anopheles, Culex, Stegomyia, Mansonia), etc.[13]

Plagas para la agricultura [editar]
Desde los orígenes de la agricultura los insectos han venido ocasionando perjuicios graves a los cultivos. Existen aproximadamente 5.000 especies de insectos (ejemplo, las larvas de muchas especies de lepidópteros o los adultos de los ortópteros) que se alimentan tanto de las hojas, como de los tallos, raíces, flores y frutos de las especies cultivadas. Los daños que ocasionan pueden ser indirectos (disminución de la superficie fotosintética, reducción de la capacidad de extracción de agua y nutrientes del suelo) como directos (pérdida de flores que van a dar frutos o los mismos frutos). Además, muchas especies (tales como los áfidos) se alimentan de la savia de las plantas (un perjuicio directo ya que extraen los nutrientes que deberían dirigirse a las hojas y frutos) y también transmiten un sinnúmero de enfermedades, particularmente virosis que tienden a deprimir aún más los rendimientos potenciales de los cultivos. Algunas de las plagas más devastadoras han sido la filoxera (vid) y el escarabajo de la patata, sin olvidar las plagas de langostas que periódicamente asolan muchos países africanos[9]

Plagas de la madera y los bosques [editar]
La producción y recolección de madera no es más que una cosecha a largo plazo y, debido a los años en que esta "cosecha" tarda en madurar, se halla expuesta durante mucho tiempo a numerosos peligros, de los que el más serio es el ataque de los insectos. Durante sus crecimiento los árboles son atacados por dos grandes grupos de insectos: los que atacan el follaje y los que perforan la corteza o la madera. Los primeros suelen ser larvas de mariposas e himenópteros. El segundo grupo está constituido por insectos perforadores, en su mayoría larvas de coleópteros, como los bupréstidos, anóbidos, bostríquidos, cerambícidos y escolítidos. Los más dañinos de los insectos que atacan la madera, sin embargo, son las termitas.[9]

Insectos como alimento [editar]

Gusanos de maguey en un restaurante en Polanco, ciudad de México
Artículo principal: Entomofagia
En Europa se sabe que los romanos y los griegos tenían costumbres entomofágicas, e incluso Aristóteles hace mención del uso culinario de las cigarras. Se sabe que los romanos comían Lucanus cervus.[14] No obstante, hoy en occidente la sola idea de comer insectos causa repugnancia, si bien la degustación de otros artrópodos, como la langosta de mar, se considera un manjar. Sin embargo, en otras regiones del globo los insectos sirven como alimento para algunos grupos humanos (costumbre denominada entomofagia) y para algunos animales domésticos (peces, por ejemplo). Esas regiones del mundo incluyen a África, Asia, Australia y América Latina.[15] Algunos isópteros son ingeridas en Angola, ciertas especies de orugas en Camerún, y en Congo ciertas especies de insectos son muy apreciadas por su alto contenido proteico, grasas, niacina y riboflavina.[16]

Insectos como medicina [editar]
La utilización de insectos y de sus productos como remedio para usos terapéuticos se conoce como entomoterapia; se trata de un sistema médico tradicional en el cual están también involucradas prácticas como amuletos, hechizos, etc.

Musca domestica
Desde tiempos inmemoriales los insectos y algunos productos extraídos de ellos se han usado como medicinas en muchas culturas alrededor del mundo. El papiro Ebers, un tratado médico egipcio datado del siglo XVI antes de Cristo contienen varios remedios obtenidos de insectos y arañas. El gusano de seda ha sido usado en medicina tradicional china desde hace por lo menos 3.000 años; las larvas de las moscas de la carne (Calliphoridae) han sido apreciadas desde hace siglos para la curación de heridas infectadas. Muchas especies se usan vivas, cocidas, molidas, en infusión, pomadas y ungüentos, tanto en medicina preventiva como curativa, así como en rituales mágico-religiosos destinados a mantener o mejorar la salud del paciente.[17]
Los insectos son utilizados especialmente para el tratamiento de afecciones respiratorias, renales, hepáticas, estomacales, cardícas, endocrinas, neuronales, circulatorias, dermatológicas, oftalmológicas, pancreáticas, del aparato reproductor, etc.[17]

Lytta vesicatoria
Según Medeiros et. al.[17] estos son algunos ejemplos del uso de insectos como medicinas: Las hormigas son útiles para alivier numerosas afecciones, como el asma, bronquitis, ciática, cefalea, faringitis, tuberculosis escorbuto, gota, parálisis, reumatismo, lepra y verrugas. Las moscas comunes (Musca domestica) aplastadas se usan para eliminar los forúnculos inmaduros y para tratar la calvicie. El aceite obtenido de las larvas del coleóptero Melolontha vulgaris se ha usado tópicamente en rasguños y heridas y como tratamiento para el reumatismo, y los adultos embebidos en vino se creen útiles para tratar la anemia. Las cucarachas cocidas o molidas con aceite se han empleado en el tratamiento de la epilepsia y el dolor de oído, las tijeretas para curar la otitis y las cigarras fritas en las dolencias de la vejiga urinaria. La miel de Apis mellifera se usaba durante las Cruzadas para tratar dolencias del estómago, de la piel y de los ojos. La chinche de cama Cimex lectularius para tratar la obstrucción de las vías urinarias y la fiebre cuaternaria. El coleóptero Lytta vesicatoria se ha usado tradicionalmente de forma tópica como vesicante y para tratar la alopecia y, por vía oral, se ha prescrito como diurético y contra la incontinencia urinaria; durante la Edad Media fue el afrodisíaco por excelencia por su acción sobre el aparato urogenital que, entre otros efectos, produce priapismo (erección espontánea del pene).
Se sabe que los insectos son especialmente hábiles en la síntesis de compuestos químicos (feromonas, substancias repugantorias, venenos, toxinas) y en secuestro de tóxicos de las plantas que son luego acumulados, concentrados y/o transformados; además, dada su enorme diversidad genética, cabe suponer que encierran valiosos compuestos farmacológicamente activos; no obstante la investigación farmacológica moderna ha prestado poca atención a este inagotable potencial.

Récords [editar]
Se considera que los insectos más grandes son los coleópteros del género Goliathus por su tamaño de adulto y su peso de larva, unos 100 g. El más largo es el insecto palo gigante Phobaeticus serratipes[18] de 555 mm y el más pequeño es el himenóptero Dicopomorpha echmepterygis de apenas 139 µm.
El insecto de mayor tamaño que haya existido fue Meganeura, un protodonato (similares a las libélulas actuales), con la envergadura de un águila (75 cm), que vivió en el Carbonífero hace más de 300 millones de años.

Los primeros insectos [editar]

Insecto fósil.
Los primeros hexápodos conocidos son el colémbolo Rhyniella y el insecto Rhyniognatha, que datan del Devónico inferior (hace unos 400 millones de años); pero la diversificación inicial de los insectos debió ocurrir mucho antes, tal vez en el Silúrico; las alas fosilizadas más antiguas son del Carbonífero pero, dado que hay indicios de que Rhyniognatha pudo tener alas, la radiación de los insectos alados (Pterygota) debió ocurrir en el Devónico.[19] [20] En el Carbonífero medio existían ya numerosos insectos, como los Palaeodictyoptera, Diaphanopterodea y Megasecoptera, que recuerdan a los odonatos actuales y que en algunos casos alcanzaron envergaduras de 75 cm.

Taxonomía [editar]
Los insectos son la clase de organismos con mayor riqueza de especies en el planeta (ver Tabla 1). La clasificación de los insectos, como se puede esperar de un grupo tan vasto y diverso, es intrincada y varía según los autores, distando mucho de ser definitiva.
Tabla 1. Número de especies de insectos descritas en los 4 órdenes qe incluyen mayor riqueza de especies según diferentes autores (tomado de WCMC, 1992).[21]
Órdenes
Southwoood (1978)
Arnett (1985)
May (1988)
Brusca & Brusca (2005)[6]
Coleópteros
350 000
290 000
300 000
350 000
Dípteros
120 000
98 500
85 000
150 000
Himenópteros
100 000
103 000
110 000
125 000
Lepidópteros
120 000
112 000
110 000
120 000
En la siguiente lista, de corte tradicional, se han señalado con un asterisco las agrupaciones que probablemente sean parafiléticas, y por tanto, sin valor taxonómico:

Un tisanuro
(Subclase) Apterygota*. Son un grupo parafilético que incluye a los insectos más primitivos que en el curso de la evolución nunca han estado provistos de alas ni experimentan metamorfosis (son ametábolos ). Aparte de estas dos características, claramente plesiomórficas, no comparten ningún carácter derivado (apomorfía) que justifique la existencia de este grupo como entidad taxonómica. Los grupos parafiléticos de esta índole no son aceptados por la actual taxonomía cladística.
Órdenes
Archaeognatha (=Microcoryphia + Monura )
Thysanura
Subclase: Pterygota (del griego pterigotos, alado) es el nombre que recibe el grupo de los insectos alados, los miembros del cual se caracterizan por presentar alas en el segundo (mesotórax) y tercer (metatórax) segmento torácico. La presencia de alas siempre va acompañada de un refuerzo del exoesqueleto (esclerotización) en esos segmentos torácicos, los cuales usualmente se encuentran unidos formando la estructura conocida como Pterotorax. Todos presentan metamorfosis más o menos complicada.

Un odonato

Mántidos apareándose

Un ortóptero
(Infraclase): Palaeoptera* (del griego palaeos, "antiguo" y pteron, "ala") es el grupo donde han sido tradicionalmente incluidos los insectos alados más primitivos. La mayoría están extinguidos y se caracterizan porque no pueden plegar las alas sobre el abdomen y son Hemimetábolos (metamorfosis incompleta).
Órdenes
Ephemeroptera (efímeras)
Odonata (libélulas)
Diaphanopteroidea
Palaeodictyoptera
Megasecoptera
Archodonata
Infraclase: Neoptera (del griego neos, nuevo y pteros alas; "alas nuevas") son una agrupación taxonómica que a aquéllos insectos alados, que pueden abatir las alas sobre el abdomen.
(Superorden): Exopterygota*, incluye los insectos neòpteros con metamorfosis simple o incompleta (Hemimetábolos).
Órdenes
Blattodea (cucarachas)
Isoptera (termitas)
Mantodea (mantis)
Dermaptera (tijeretas)
Plecoptera (moscas de la piedra)
Orthoptera (langostas y saltamontes)
Phasmatodea (insectos palo)
Embioptera
Zoraptera
Grylloblattodea
Mantophasmatodea
Psocoptera (piojos de los libros)
Thysanoptera
Phthiraptera (piojos)
Hemiptera (chinches)

Un coleóptero

Un himenóptero
Superorden: Endopterygota, incluye a todos los insectos con metamorfosis completa (holometábolos). Sin duda agrupa a los órdenes con mayor número de especies.
Órdenes
Raphidioptera
Megaloptera
Neuroptera (hormigas león)
Coleoptera (escarabajos)
Strepsiptera
Mecoptera (moscas escorpión)
Siphonaptera (pulgas)
Diptera (moscas)
Trichoptera
Lepidoptera (mariposas y polillas)
Hymenoptera (abejas, hormigas, etc.)
Miomoptera
Protodiptera

Filogenia [editar]
Con la aparición de los primeros estudios basados en datos moleculares y análisis combinados de datos morfológicos y moleculares, parece que la antigua polémica sobre monofilia y polifilia de los artrópodos ha quedado superada, ya que todos ellos corroboran que los artrópodos son un grupo monofilético en el que incluyen también los Tardígrados (el clado se ha dado en llamar Panartrópodos); la mayoría también proponen la existencia del clado Mandibulados. No obstante, han surgido nuevas controversias, sobre todo alrededor de dos hipótesis alternativas mutuamente excluyentes que están siendo debatidas en numerosos artículos sobre filogenia y evolución de Artrópodos: Atelocerados (Miriápodos + Hexápodos) (Wheeler)[22] (cladograma A) versus Pancrustáceos (Crustáceos + Hexápodos) (Giribert & Ribera)[23] (cladograma B):
A
Chelicerata
Mandibulata
Crustacea
Atelocerata
___
Myriapoda
Hexapoda
B
Chelicerata
Mandibulata
Myriapoda
Pancrustacea
___
Crustacea
Hexapoda
En lo que respecta a la filogenia interna de los insectos, el siguiente cladograma muestra las relaciones entre los diferentes grupos y las probables agrupaciones monofiléticas (basado en Tree of Life, Insecta y muy simplificado):
Insecta
Archaeognatha
Machiloidea
Dicondylia
Thysanura
Pterygota
Ephemeroptera
Odonata
Neoptera
_____
Plecoptera
Embiidina
Phasmida
Orthoptera
Mantophasmatodea
Zoraptera
Dictyoptera
Dermaptera
Grylloblattodea
Psocodea
Thysanoptera
Hemiptera
Endopterygota
Nótese como Apterygota (Archaeognatha + Thysanura), Palaeoptera (Ephemeroptera + Odonata) y Exopterygota (Plecoptera → Grylloblattodea) aparecen como probables grupos parafiléticos.
Arachnida
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?Arácnidos
Scorpio maurus
Clasificación científica
Reino:
Animalia
Filo:
Arthropoda
Subfilo:
Chelicerata
Clase:
Arachnida
Órdenes
Acarina
Amblypygi
Araneae
Haptopoda
Opiliones
Palpigradi
Phalangiotarbida
Pseudoscorpionida
Ricinulei
Schizomida
Scorpiones
Solifugae
Trigonotarbida
Uropygi
Los arácnidos (Arachnida, del griego arákhne, "araña" e -ides, "perteneciente a un grupo") son una clase de artrópodos quelicerados de la que han sido descritas unas 98.000 especies.[1] Es, después de los insectos y los vertebrados amniotas, el grupo zoológico que con mayor éxito se ha adaptado al medio aéreo. Incluye formas tan conocidas como las arañas, los escorpiones y los ácaros, junto a grupos menos visibles, pero de gran interés científico o importancia ecológica.
Contenido[ocultar]
1 Características
1.1 Anatomía externa
1.2 Aparato digestivo
1.3 Circulación y respiración
1.4 Excreción
2 Biología y ecología
3 Origen y diversidad
4 Referencias
5 Enlaces externos
ARACNIDOS

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Características [editar]

Anatomía externa [editar]
El cuerpo aparece dividido la mayoria de las veces, pero no siempre, en dos partes, un prosoma (cefalotórax) y un opistosoma (abdomen). Los apéndices se insertan en el prosoma y son un par de quelíceros, junto a la boca, un par de palpos, a veces muy desarrollados (pedipalpos) y cuatro pares de patas locomotoras.
Carecen de antenas, y suelen tener uno o más pares de ojos simples, en lugar de grandes ojos compuestos como los insectos. En algunos casos esos ojos son muy eficaces para su tamaño.

Aparato digestivo [editar]
El tubo digestivo consta de tres partes, estomodeo, mesodeo y proctodeo, de las que la primera y la última son de origen ectodérmico. Se alimentan succionando líquidos más que tragando porciones sólidas, para lo cual a menudo realizan una predigestión externa secretando o inyectando enzimas digestivas sobre el alimento. Son muy a menudo depredadores, y varios grupos inyectan veneno con los quelíceros o el telson (último segmento del cuerpo), o reciclan los residuos orgánicos, o parásitos, algunos son plagas de cultivos o vectores de enfermedades (garrapatas).

Circulación y respiración [editar]
La circulación es abierta, como en todos los artrópodos.
Se originaron en el agua, y sus parientes más próximos, como los xifosuros, siguen siendo acuáticos, pero han llegado a adaptarse a los ambientes más secos, incluso los desérticos. De los arácnidos actuales, sólo algunos ácaros son propiamente acuáticos. La respiración está basada en vías y cavidades internas que se abren al exterior por espiráculos; en unos casos es un sistema traqueal, en otros se basa en órganos llamados pulmones en libro, por la forma en que se pliegan sus paredes.

Excreción [editar]
La excreción, como es típico de animales que normalmente no beben y a veces crecen en ambientes áridos, produce una orina muy concentrada o seca, rica en guanina y ácido úrico (son por tanto uricotélicos). Los órganos de la excreción son tubos de Malpighi, que desembocan en el intestino, o glándulas coxales, que lo hacen en la base de las patas.

Biología y ecología [editar]
Los arácnidos son ovíparos (se reproducen mediante huevos) pero algunas especies nacen directamente de la madre (ovovivíparos). El comportamiento de cortejo es a menudo muy elaborado, y en muchos casos se observa cuidado parental, un rasgo raro fuera de los vertebrados.
Son más abundantes y variados en climas cálidos, pero están presentes en todos los climas no polares, y entre las arañas y los pseudoescorpiones se encuentran algunos de los pocos animales capaces de vivir en las cumbres más altas de la Tierra.

Origen y diversidad [editar]
Existen unas 98.000 especies de arácnidos, y son el segundo grupo más numeroso del reino animal, después de los insectos, y casi doble en especies a los vertebrados. Los actuales se clasifican en 11 órdenes, de los que los más nutridos en especies son las arañas, los ácaros y los opiliones. Existen además grupos que sólo se conocen como fósiles. Una clasificación moderna contiene los siguientes grupos (aunque la categoría taxonómica asignada aquí puede ser discutida):
Orden Trigonotarbida - Trigonotárbidos, extintos; contiene no sólo los arácnidos más antiguos (desde el Silúrico superior) sino los artrópodos terrestres de mayor antigüedad.
O. Amblypygi - Amblipigios o tendarapos, con el primer par de patas transformado en un par de «látigos» sensoriales.
O. Araneae - Arañas.
Mesothelae - Arañas muy raras y «primitivas», con abdomen segmentado e hileras a mitad del abdomen.
Opisthothelae - Arañas con abdomen sin segmentar y las hileras en posición posterior.
Araneomorphae - Las arañas corrientes.
Mygalomorphae - Las grandes arañas tropicales, como las llamadas tarántulas en Sudamérica.
O. Phalangiotarbida - Falangiotárbidos, extintos.
O. Opiliones - Segadores u opiliones.
O. Palpigradi - Palpígrados.
O. Pseudoscorpionida - Pseudoscorpiones.
O. Ricinulei - Ricinuleidos.
O. Schizomida - Esquizómidos.
O. Scorpiones - Escorpiones.
O. Solifugae - Solífugos o solpúgidos.
O. Haptopoda - Haptópodos, extintos.
O. Uropygi - Vinagrillos o escorpiones látigo.
O. Acarina - Ácaros en sentido amplio.
Acariformes
Sarcoptiformes
Trombidiformes
Opilioacariformes
Parasitiformes
CRUSTACEOS
Crustacea
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?Crustacea

Clasificación científica
Reino:
Animalia
Filo:
Arthropoda
Subfilo:
CrustaceaBrünnich, 1772
Clases
Branchiopoda
Remipedia
Cephalocarida
Maxillopoda
Ostracoda
Malacostraca
véase también Clasificación de los crustáceos
Los crustáceos (Crustacea, del latín crusta, "costra" y aceum, "relación o la naturaleza de algo") son un extenso subfilo de artrópodos, con más de 67.000 especies y sin duda faltan por descubrir hasta cinco o diez veces este número[1] . Incluyen varios conocidos grupos animales, como las langostas, los camarones, los cangrejos, los langostinos y los percebes. Los crustáceos son fundamentalmente acuáticos y habitan en todas las profundidades, tanto en el medio marino, salobre y de agua dulce; unos pocos han colonizado el medio terrestre, como la cochinilla de la humedad (isópodos). Los crustáceos son uno de los grupos zoológicos con mayor éxito biológico, tanto por el número de especies vivientes como por la diversidad de hábitats que colonizan; dominan los mares, como los insectos dominan la tierra.
Como característica propia y definitoria del grupo podemos citar la presencia de larva nauplio provista de un ojo naupliano en alguna etapa de su vida, que puede ser sustituido más tarde por dos ojos compuestos. Son los únicos artrópodos con dos pares de antenas, tienen al menos un par de maxilas y pasan por períodos de muda e intermuda para poder crecer. Todos excepto Cirripedia son de sexos separados.
A la ciencia que estudia a los crustáceos se la conoce como carcinología.
Tabla de contenidos[ocultar]
1 Anatomía de los crustáceos
1.1 Apéndices
1.2 Céfalon o cabeza
1.3 Tórax y pereion
1.4 Abdomen o pleon
2 Clasificación
3 Referencias
4 Enlaces externos
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Anatomía de los crustáceos [editar]
El tamaño de los crustáceos es muy variable, oscilando entre menos de 100 μm y los 4 m de envergadura (cangrejo araña del Japón, Macrocheira kaempferi)[1] .
El cuerpo está formado por un número variable de metámeros o segmentos intercalados entre el acron y el telson, más de 50 en grupos primitivos como cefalocáridos, diplostráceos y notostráceos; la tendencia evolutiva general es hacia la pérdida de metámeros; los malacostráceos tienen 19 ó 20, y los cladóceros y ostrácodos no más de 10.[2]
El cuerpo está dividido normalmente en tres tagmas o regiones: céfalon (cabeza), tórax (pereion) y pleon (o abdomen), aunque normalmente los primeros segmentos del tórax se unen a la cabeza formando lo que se conoce como cefalotórax.

Anatomía de un malacostráceo

Apéndices [editar]
Véase también: Apéndice (artrópodos) y Pata (artrópodos)

Apéndice birrámeo de tipo estenopodial de Triops.1-5: enditos; 6: endopodio; 7: exopodio; 8: epipodio; 9: protopodio
Todos los tagmas poseen apéndices; en las formas primitivas tienden a ser similares entre sí, mientras que en las más evolucionadas se transforman y se adaptan para funciones específicas. Excepto el primer par de antenas (anténulas), los demás apéndices son birrámeos, al menos en estado embrionario. Este tipo de apéndice posee una zona proximal de tres artejos (a veces reducidos a dos o a uno) llamada protopodio o simpodio, en la que se articulan dos ramas, una principal interna (endopodio) y otra secundaria externa (exopodio); el protopodio posee a menudo expansiones denominadas exitos, situadas en la parte externa, y enditos, además de epipodios foliáceos con función respiratoria. En algunos casos, dichas expansiones se desarrollan considerablemente y adquieren el papel preponderante del apéndice; por ejemplo, los grandes enditos de las mandíbulas, denominados gnatobases, se encargan de masticar el alimento. El exopodio desaparece en los decápodos, cuyos apéndices tiene, por tanto, apariencia unirrámea.
Los apéndices de los crustáceos, a pesar de su gran diversidad, responden a tos tipos estructurales básicos:
Estenopodios. Son apéndices alargados, cilíndricos, robustos, con tegumento duro y con sus artejos bien articulados entre sí. Son las típicas patas marchadoras.
Filopodios. Son apéndices foliáceos, aplanados, con tegumento delgado y con articulaciones poco marcadas. Sus funciones principales son la natación y el intercambio de gases.

Céfalon o cabeza [editar]
Véase también: Cabeza (artrópodos)

Cabeza de un anomuro
Como en los demás mandibulados (Mandibulata), la cabeza de los crustáceos se compone de cinco metámeros o segmentos[1] (seis para algunos autores[2] ), más o menos fusionados, más el acron. Los tergitos de estos cinco segmentos se fusionan entre sí para formar un todo continuo llamado escudo cefálico o caparazón.
Acron. No posee apéndices. Aloja el protocerebro y lleva los ojos, casi siempre ojos compuestos, ya sea asentados sobre el tegumento (ojos sésiles) o sobre un pedúnculo (ojos pedunculados).
Segmento antenular (primer segmento). Contiene el deutocerebro y lleva el primer par de antenas o anténulas, que son unirrámeas. En los copépodos adquieren un gran desarrollo y diversificación, ya que además de órgano sensorial, las utilizan como remos para nadar y en algunos machos sirven para sujetar a la hembra durante el apareamiento.
Segmento antenal (segundo segmento). Aloja el tritocerebro; lleva el segundo par de antenas, de función básicamente sensorial, pero en algunos grupos, como cladóceros, ostrácodos y en las larvas nauplio, son los principales apéndices locomotores.
Segmento mandibular (tercer segmento). Lleva la mandíbulas; poseen enditos de tipo gnatobásico muy esclerotizados con función masticadora; puede existir un pequeño palpo mandibular.
Primer segmento maxilar (cuarto segmento). Lleva el primer par de maxilas o maxílulas; su estructura es similar a la de las mandíbulas, con gantobase y palpo maxilular. En especies filtradoras hay abundantes sedas que retienen las partículas del agua; en especies carnívoras tienen forma de garra con las que capturan y manipulan las presas.
Segundo segmento maxilar (quinto segmento). Lleva el segundo par de maxilas, denominadas simplemente maxilas, que poseen un palpo maxilar y son de estructura y función similares a las de las maxílulas.
Muchas veces, los primeros segmentos torácicos se fusionan con el céfalon y sus apéndices actúan como piezas bucales adicionales denominadas maxilípedos. Los tergitos de estos segmentos también se fusionan entre sí, y con el caparazón, para formar el cefalotórax, aunque este término es a veces usado sólo en el caso que recubra todo el tórax, como en los eucáridos.

Tórax y pereion [editar]
Véase también: Tórax (artrópodos) y Pereion
El tórax posee un número variable de segmentos o toracómeros; en la mayoría de grupos consta de ocho, aunque este número puede oscilar entre tres (ostrácodos) y once (notostráceos); cada toracómero posee con un par de apéndices llamados toracópodos. Cuando los primeros segmentos torácicos se fusionan con la cabeza, el conjunto de segmentos no fusionados recibe el nombre de pereion, cada uno de sus segmentos, pereionitos o pereiómero, y sus apéndices, pereiópodos. Como se ha dicho, los primeros toracópodos tienen tendencia a transformarse en apéndices bucales auxiliares (maxilípedos) y sirven para la manipulación del alimento. Los demás toracópodos (pereiópodos) suelen relacionarse con la locomoción (nadar o caminar). En algunos grupos, como los peracáridos, las hembras guardan los huevos entre los pereiópodos, en una especie de marsupio.

Abdomen o pleon [editar]
Véase también: Pleon y Abdomen (artrópodos)
El número se metámeros y apéndices del pleon es muy variable, desde uno (ostrácodos) hasta 22 en notostráceos (sin contar el telson). En muchos grupos el número de segmentos es de seis. Los cirrípedos carecen de pleon. Los segmentos del pleon se denominan pleómeros.
Los apéndices del pleon son los pleópodos, que suelen faltar en los crustáceos no malacostráceos, excepto el último par o urópodos. Los pleópodos tienen a menudo forma de pala y son utilizados para nadar

Clasificación [editar]

Abludomelita obtusata, un amfípodo

Porcellio scaber, isópodo terrestre

Lepas anserifera
Artículo principal: Clasificación de los crustáceos
La clasificación de los crustáceos ha sido tradicionalmente intrincada y laberíntica. El excelente trabajo de Martin & Davis (2001)[3] ha puesto un poco de orden a tan intrincado grupo; dichos autores reconocen seis clases, algunas subdivididas en subclases:
Clase Branchiopoda
Subclase Phyllopoda (Triops, pulgas de agua, branquiópodos "bivalvos")
Subclase Sarsostraca (Artemia)
Clase RemipediaClase CephalocaridaClase Maxillopoda
Subclase Mystacocarida (diminutos crustáceos intersticiales)
Subclase Copepoda (copépodos)
Subclase Branchiura (piojos de peces)
Subclase Pentastomida (gusanos lengua, parásitos)
Subclase Tantulocarida (parásitos marinos)
Subclase Thecostraca (percebes, bellotas de mar y afines)
Clase Ostracoda
Subclase Myodocopa
Subclase Podocopa
Clase Malacostraca
Subclase Phyllocarida
Subclase Hoplocarida (galeras)
Subclase Eumalacostraca (krill, camarones, cangrejos, gambas, langostas, cochinillas de humedad

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